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- El 23 de enero de 2008, a las 18 horas, falleció monseñor Ismael Guillermo Calcagno, antiguo párroco de la Sagrada Familia de Haedo. Tenía 72 años y debió ser internado en el Hospital San Juan de Dios de Ramos Mejía, debido a una seria complicación en su estado de salud.
Un comunicado del obispado señala que "mientras monseñor Santiago Olivera, vicario general; el presbítero José Antonio Demaría, párroco de Sagrada Familia de Haedo; la señorita María Terragni, recepcionista de la curia diocesana y amiga del padre Ismael, y el señor Ricardo Ibáñez, su asistente y amigo durante muchos años, lo acompañaban recitando oraciones, se durmió para siempre con un rostro que manifestaba serenidad".
El jueves por la mañana el obispo de Morón, monseñor Luis Guillermo Eichhorn, presidió la misa de cuerpo presente en la parroquia Sagrada Familia.
Nació en Morón el 26 de mayo de 1936. Cursó sus estudios eclesiásticos en el Seminario de La Plata y el 15 de agosto de 1961 monseñor Miguel Raspanti lo ordenó sacerdote en la catedral de Morón.
Luego viajó a Europa e ingresó al Instituto Lumen Vitae de Lovaina, Bélgica, donde obtuvo el título de Licenciado en Catequesis y viajó a otras ciudades en las que participó de otros cursos relacionados con este tema y con el de la Liturgia, como Munich, Nimega, Luxemburgo, Roma, Turín, París y Milán.
En sus 46 años de vida sacerdotal desempeñó distintos cargos eclesiásticos, algunos de los cuales fueron: vicario episcopal para la administración de la Curia Diocesana, vicario episcopal de Fe y Culto, consultor diocesano, miembro del Consejo Presbiteral, director de la Junta Catequística Diocesana, párroco de María Reina (Morón), vicario parroquial de la catedral, secretario diocesano de Liturgia, capellán del Hospital Municipal de Morón y asesor de los Jóvenes de la Acción Católica Argentina. También integró distintos organismos diocesanos en calidad de miembro.
El 30 de abril de 1988 fue nombrado párroco de la Sagrada Familia, donde permaneció hasta el 4 de marzo de 2002, cuando ya se agudizaba la enfermedad que lo acompañó hasta la muerte. Pero continuó residiendo en dicha casa parroquial hasta la tarde del miércoles.
Fue un propulsor de la catequesis en los años siguientes al Concilio Vaticano II y autor de numerosos libros y escritos sobre esta materia a lo largo de su vida, que se difundieron no sólo en toda la diócesis sino también en el país y en Latinoamérica.
A instancias del obispo, monseñor Justo Oscar Laguna, Juan Pablo II lo nombró en 1988 "Prelado de Honor de Su Santidad", en reconocimiento de su ministerio.
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