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Pedro Nolasco Tiburcio Ibáñez Rospigliosi, (*)[1, 2]

Varón 1764 - 1819  (55 años)


Información Personal    |    Notas    |    Fuentes    |    Mapa del Evento    |    Todos    |    PDF

  • Nombre Pedro Nolasco Tiburcio Ibáñez Rospigliosi  [3
    Sufijo (*) 
    Nacimiento 14 Abr 1764  Buenos Aires, Argentina Buscar todos los individuos que registran eventos en este lugar.  [1
    Bautismo 17 Abr 1764  Basílica Nuestra Señora de la Merced, Buenos Aires, Argentina Buscar todos los individuos que registran eventos en este lugar.  [1, 4
    • Lº Año 1764 Fº 198. Bautizado por Fray Pedro de Parras. Padrino: don Pedro Medrano, Oficial Real de esta Plaza. [2]
    Sexo Varón 
    Fallecimiento 26 Dic 1819  Buenos Aires, Argentina Buscar todos los individuos que registran eventos en este lugar. 
    ID Persona I6781  Los Antepasados
    Última Modificación 28 Nov 2022 

    Padre Brigadier Pascual Ibáñez García de Roca, (*),   n. Cir. 1719, Orihuela, Alicante, España Buscar todos los individuos que registran eventos en este lugar.f. 5 Abr 1805, Buenos Aires, Argentina Buscar todos los individuos que registran eventos en este lugar. (Edad ~ 86 años) 
    Madre María Francisca Julio Rospigliosi Ramírez de Sagües,   n. 3 Abr 1727, Buenos Aires, Argentina Buscar todos los individuos que registran eventos en este lugar.f. 17 Sep 1804, Buenos Aires, Argentina Buscar todos los individuos que registran eventos en este lugar. (Edad 77 años) 
    Matrimonio 17 Mar 1762  Basílica Nuestra Señora de la Merced, Buenos Aires, Argentina Buscar todos los individuos que registran eventos en este lugar.  [2
    ID Familia F3978  Hoja del Grupo  |  Family Chart

    Familia Rosa Antonia Josefa Marín de la Quintana,   n. 16 Jun 1782, Buenos Aires, Argentina Buscar todos los individuos que registran eventos en este lugar.f. 3 Ene 1867, Buenos Aires, Argentina Buscar todos los individuos que registran eventos en este lugar. (Edad 84 años)  [2
    Matrimonio 14 Sep 1801  Basílica Nuestra Señora de la Merced, Buenos Aires, Argentina Buscar todos los individuos que registran eventos en este lugar.  [5
    Tipo: Canónico 
    • L° 6 F° 408. Ts.: don José de Calazeyte y doña Juana García. [2]
    Hijos 
     1. Rafael Pedro Nolasco del Corazón de Jesús Mariano Ibáñez Marín,   c. 25 Oct 1802, Basílica Nuestra Señora de la Merced, Buenos Aires, Argentina Buscar todos los individuos que registran eventos en este lugar.f. Sí, fecha desconocida
    +2. Andrea Mercedes Carmen Ibáñez Marín,   n. 29 Nov 1803, Buenos Aires, Argentina Buscar todos los individuos que registran eventos en este lugar.f. 11 Jul 1862, Buenos Aires, Argentina Buscar todos los individuos que registran eventos en este lugar. (Edad 58 años)
    +3. María Mercedes Tomasa del Corazón de Jesús Ibáñez Marín,   c. 19 Sep 1805, Basílica Nuestra Señora de la Merced, Buenos Aires, Argentina Buscar todos los individuos que registran eventos en este lugar.f. 2 Dic 1870, Buenos Aires, Argentina Buscar todos los individuos que registran eventos en este lugar. (Edad ~ 65 años)
     4. Gerónimo Tomás Ibáñez Marín,   n. 31 Ago 1806, Buenos Aires, Argentina Buscar todos los individuos que registran eventos en este lugar.f. Sí, fecha desconocida
     5. Pedro Eusebio Manuel del Corazón de Jesús Ibáñez Marín,   c. 17 Dic 1808, Basílica Nuestra Señora de la Merced, Buenos Aires, Argentina Buscar todos los individuos que registran eventos en este lugar.f. Sí, fecha desconocida
    +6. Manuel José del Corazón de Jesús Ibáñez Marín,   n. 7 Jun 1810, Buenos Aires, Argentina Buscar todos los individuos que registran eventos en este lugar.f. 15 Feb 1888, San Fernando, Bs. As., Argentina Buscar todos los individuos que registran eventos en este lugar. (Edad 77 años)
    +7. Manuela Josefa Florentina del Corazón de Jesús Ibáñez Marín,   c. 20 Jun 1812, Basílica Nuestra Señora de la Merced, Buenos Aires, Argentina Buscar todos los individuos que registran eventos en este lugar.f. 2 Ago 1859, Buenos Aires, Argentina Buscar todos los individuos que registran eventos en este lugar. (Edad ~ 47 años)
     8. Mariano de Jesús Ibáñez Marín,   n. 17 Abr 1814, Buenos Aires, Argentina Buscar todos los individuos que registran eventos en este lugar.f. Sí, fecha desconocida
     9. Martiniano Manuel Benito del Corazón de Jesús Ibáñez Marín,   n. 16 Oct 1815, Buenos Aires, Argentina Buscar todos los individuos que registran eventos en este lugar.f. Sí, fecha desconocida
     10. José María del Corazón de Jesús Ibáñez Marín,   c. 9 Feb 1817, Basílica Nuestra Señora de la Merced, Buenos Aires, Argentina Buscar todos los individuos que registran eventos en este lugar.
    ID Familia F3912  Hoja del Grupo  |  Family Chart
    Última Modificación 7 Abr 2020 

  • Mapa del Evento
    Enlace a Google MapsNacimiento - 14 Abr 1764 - Buenos Aires, Argentina Enlace a Google Earth
    Enlace a Google MapsBautismo - 17 Abr 1764 - Basílica Nuestra Señora de la Merced, Buenos Aires, Argentina Enlace a Google Earth
    Enlace a Google MapsMatrimonio - Tipo: Canónico - 14 Sep 1801 - Basílica Nuestra Señora de la Merced, Buenos Aires, Argentina Enlace a Google Earth
    Enlace a Google MapsFallecimiento - 26 Dic 1819 - Buenos Aires, Argentina Enlace a Google Earth
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  • Notas 
    • PEDRO NOLASCO TIBURCIO IBAÑES ROSPIGLIOSI, nació en Buenos Aires el 14-IV-1764 y, dos días más tarde, lo bautizó en la Catedral Fray Pedro de Parras, religioso franciscano, bajo el padrinazgo del Oficial Real Pedro Medrano. Como su padre, Pedro fue militar. Cadete de Dragones en 1777, a los 11 años; Portaguión en 1787; Alférez en 1790; Ayudante de Asamblea en 1796 y de Milicias en 1802; grado, este, con el cual tomó parte en la lucha contra los indios de la costa patagónica, destacado como jefe del puerto y fuerte de San José.
      Tan eficientes debieron ser los servicios de Pedro Ibáñez que, el 29-X-1803, el Virrey del Pino le remitió al Ministro de Gracia y Justicia, Marqués José Antonio Caballero, una solicitud de ascenso a Capitán para aquel antepasado, debido al mérito que contrajo en la recluta e instrucción del cuerpo de caballería de Buenos Aires. Mas en vez de llegarle su burocrática recompensa en el escalafón, a nuestro Ayudante Mayor le llegaron unos atacantes ingleses para combatir en 1806. En consecuencia, Ibáñez fue enviado a Quilmes a la cabeza de más de 200 jinetes, a reforzar los efectivos del Subinspector Pedro de Arce, que no lograron contener el avance del enemigo desembarcado.

      Absoluta incoherencia militar ante el primer ataque inglés

      El relato minucioso de su desempeño en dicha jornada - que patentiza la tremenda desorganización de las incompetentes autoridades virreinales - lo hizo Pedro Ibáñez a los Regidores Jerónimo Merino y Manuel José Ocampo, en la investigación que mandó levantar el Cabildo inmediatamente después de la reconquista, el 14-VII-1806, por ante el Escribano Tomás Boyso. Declaró, el susodicho, que el martes 24 de junio a las 9 de la mañana, en su carácter de Ayudante Mayor de Voluntarios de Caballería, fue llamado por el Virrey Sobremonte a fin de que citase a las compañías de su Regimiento, las cuales debían encontrarse prontas al día siguiente en su cuartel, en el barrio de las Catalinas; y aunque se le demostró al Virrey la imposibilidad que había para cumplir aquella orden, por la distancia en que se hallaban los vecinos alistados, a legua o legua y media de dicho punto de reunión, y sin caballos a mano para efectuarla, el declarante dió parte de esto a su Coronel - Juan Ignacio de Elía - y enseguida pasó al cuartel, en donde mandó a 7 soldados, que tenía de imaginarias, comunicasen a oficiales, sargentos, cabos y tropa que antes del amanecer estuvieran con sus montados en el acantonamiento de referencia. El 25 de junio, entre las 8 y 9 de la mañana, se juntaron más de 200 milicianos, y se los armó con las únicas 14 carabinas que habían en el cuartel, y los restantes con espada y pistola y 10 cartuchos por cabeza. A medio día se retiró Ibáñez a su casa a dar de comer a su caballo, y, al rato, oyó tocar generala. Inmediatamente enfrenó su pingo y fue al cuartel, donde hizo repartir a la tropa 250 espadas y otras tantas pistolas; amén de los dos mil y tantos cartuchos que había en los reales almacenes. Serían las 3:30 o 4 de la tarde, cuando nuestro Ayudante, al frente de más de 200 hombres, salió rumbo al puente de Galvez. Ahí se encontraba el Virrey, el cual dispuso que dichos cabalgantes marcharan en columna a la derecha del puente, a fin de formar luego en batalla a la izquierda en la primera fila, donde echaron pie a tierra y cada uno se estuvo con las riendas de su caballo en la mano; mientras un Capitán con algunos hombres encargábase de retirar las embarcaciones que se hallaban en la costa al sur del Riachuelo. Así se pasó la noche. Como a las 7:30 u 8 de la mañana, el contingente mandado por Ibáñez marchó para los Quilmes, junto con 40 blandengues y 80 o 90 voluntarios al mando de Florencio Terrada. A escasas cuadras del pueblo quilmeño, blandengues y voluntarios, dirigidos por el Sub Inspector Pedro de Arce, probaban su mala puntería con los ingleses que seguían desembarcando. Estos, por su parte, replicaron con un fuego graneado que desbandó a sus bisoños oponentes. Volvieron los dispersos a reunirse más lejos, y fueron destinados a guarnecer las barrancas de Santo Domingo. A tal objeto repasaron el puente, y ya en la calle larga de Barracas se los hizo formar frente a la quinta de Cajigas. Aquí estas fuerzas montadas se incorporaron a una columna que detrás de Sobremonte iba a cubrir los molinos de la Residencia; pero habiendo pasado la calle que va de Santa Lucía para el Este, vino una orden de Su Excelencia disponiendo volvieran a ocupar el puesto anterior. A las 9, poco más o menos, lo mandó llamar Sobremonte a Ibáñez. El Virrey hallabase en la quinta de Dorna y le confió a mi antepasado una carta dirigida a la Virreina, que con escolta se alejaba de la ciudad por el camino del Puente de Márquez, hacia el interior del país. A dicho Puente llegó el mensajero, y ahí lo enteraron que la Señora Marquesa estaba en el Monte Castro (hoy Floresta). Alcanzó Ibáñez dicho paraje, más ya se había reunido el Virrey con su esposa, por lo que la entrega de aquella carta quedó sin efecto. En medio del desorden general, Ibáñez y otros oficiales volviéronse a sus casas, pues carecían de alimentos para seguir la marcha hacia Córdoba, detrás de Sobremonte. Sin más ropa que la puesta - que había sufrido muchos días de agua -, sin dinero para alimentos y sin cabalgadura para prolongar semejantes trotes, Ibáñez y otros camaradas en igual situación, pasaron un oficio al Sub Inspector Arce consultándole que debían hacer. La contestación fue que se allegaran a la capital con orden de presentarse a Béresford. Tal la actuación de mi antepasado en la primera invasión inglesa. Y cuando en 1807 atacaron los británicos a Buenos Aires, junto a los bravos defensores de la ciudad estuvo el Ayudante Pedro Ibáñez, el cual, a raíz de su comportamiento guerrero, por Real Cédula del 9-II-1808, quedó promovido a Capitán de Milicias de caballería de la frontera bonaerense.

      Heroico comportamiento de mi antepasado en Tacuarí

      Producida la revolución de 1810, el Capitán Ibáñez se incorpora a la expedición destinada al Paraguay que comandaba el General Belgrano. Rechazados los porteños en Paraguarí, el resto del ejército desmoralizado tuvo que soportar el ataque de los realistas, mandados por el Coronel Manuel Cabañas, junto al rio Tacuarí, donde Ibáñez se cubrió de gloria. Allí Belgrano, resuelto a romper el cerco atacante, desenvaina su espada, pónese al frente de una pequeña columna de 135 soldados; entonces "al tiempo de emprender la marcha - destaca José Milá de la Roca, Secretario del prócer en su Relación de la Expedición al Paraguay - el Capitán don Pedro Ibáñez, que por más antiguo entre los 8 oficiales que habían quedado debía considerarse el segundo del General, viendo que éste lleno de ardimiento se disponía a marchar al frente de la tropa, le representó que a él, como segundo, le correspondía aquel puesto, y cediéndoselo y pasando a retaguardia de la misma, marchamos hacia el enemigo".
      A la cabeza pues de aquellos 135 hombres, cargó el bravo Capitán contra 2,000 oponentes, "al son del paso de ataque que batía con vigor sobre el parche un tamborcillo de edad de 12 años" (el párrafo pertenece a Mitre), y mediante un vivo fuego graneado que mató a 14 contrarios e hirió a 16, se obligó a la línea paraguaya a replegarse al bosque cercano. Ibáñez ese día (9-III-1811), adelante de su escasa tropa, se batió durante siete horas seguidas en cuatro combates, y contra un enemigo diez veces superior en número. Fue el héroe concreto e histórico de Tacuarí; aunque la posteridad, olvidada de su coraje, haya preferido suplantar su persona por la del mitológico chiquilín - lazarillo del casi ciego Comandante Vidal - que dicen iba redoblando un tambor durante la jornada.

      Ascensos, fin de su carrera militar activa y otras cuestiones

      Ascendido después a Sargento Mayor y a Teniente Coronel graduado, luego de 36 años de servicios militares ininterrumpidos, el 12-VIII-1813, por "los fuertes dolores reumáticos que sufría", Ibáñez solicitó y obtuvo su retiro. No obstante su invalidez, al poco tiempo reincorporóse a las filas; así figura en 1814 de comandante del Regimiento de Guardias Nacionales de caballería. Un año más tarde firmó un manifiesto aprobatorio de la conducta de Alvear como Director Supremo; y el 22 de mayo se le otorgaron los despachos de Coronel; en cuyo carácter, y como integrante de una "Junta Extraordinaria", el 7 de diciembre siguiente, informó por escrito al Gobierno acerca de la invasión portuguesa a la Banda Oriental. Por lo demás, el 31-XII-1815, aparece en La Gazeta de Buenos Ayres el nombre del Coronel Ibáñez contribuyendo con 200 pesos en un "préstamo americano voluntario" al poder público.
      Nuevamente el 6-VIII-1816 Ibáñez presentó un oficio al Cabildo por el cual pedía se elevara al Director Supremo su solicitud de retiro; "por los achaques de que adolece adquiridos en el servicio militar, bajo protexta de presentarse a la defensa del Estado siempre que sea acometido por alguna fuerza extranjera". El Cabildo se opuso a ese retiro, por "la necesidad que hay de sus conocimientos, aptitud y desempaño tan a satisfacción de este Ayuntamiento". Y diez días después, el Director Pueyrredón expedía un decreto declarando que "los conocimientos militares, zelo y demás relevantes qualidades que en las difíciles circunstancias del día caracterizan y distinguen a este benemérito Oficial no permiten, por ahora, hacer lugar a su solicitud, y la Patria reclama la continuación de sus importantes servicios".
      Dos años más tarde, el 10-II-1818, el nombre de nuestro Coronel figura en una nómina de "ciudadanos que pueden ser elegidos para ocupar el cargo de Gobernador Intendente". Al poco tiempo, como "Elector" de Diputados al Congreso Constituyente, en representación de la ciudad, don Pedro dió su voto por Vicente Anastacio de Echevarría - el compañero de Belgrano que negoció la paz con el Paraguay. También en 1818, junto con otros camaradas suyos, el veterano que me ocupa cedió el 1% de su sueldo para la dotación de becas en el Colegio de la Unión del Sur. Y el 26 de septiembre del mismo año, el Director Supremo le nombró sustituto del Gobernador Intendente Juan Ramón Balcarce, quien había salido a campaña contra los montoneros santafecinos. Pero el grave estado de salud del Coronel Ibáñez apenas le permitió ejercer el alto cargo durante 17 días; y, a su solicitud, fue reemplazado por el General Eustoquio Díaz Vélez.
      Una información secreta y anónima de origen realista sobre muchos caracterizados participantes en la revolución argentina, expresa este juicio sintético respecto de Pedro Ibáñez; "Hombre de edad y Coronel de patriotas a caballo; loco por las ideas republicanas; ignorante y desidioso en todas las operaciones". En cambio la opinión del General Celestino Vidal que hizo la campaña al Paraguay con Belgrano, afirma de su compañero Ibáñez precisamente lo contrario; "Dió este ilustre oficial - estampó en un informe - constantes e irrefragables pruebas de su patriotismo, valor, subordinación y un caudal de conocimientos en el arte de la guerra, adquiridos teórica y prácticamente desde su juventud. Las bellas cualidades que adornaban a este benemérito Coronel le granjearon la estimación de General Belgrano y muy particularmente después de la última expedición que sostuvimos sobre el arroyo Tacuarí, en donde la conducta militar del señor Ibáñez fue verdaderamente admirable por el valor, habilidad y actividad infatigables". Y así debió ser, porque una calle de Buenos Aires - Ibáñez - señala su nombre sumido en el olvido para las generaciones actuales.

      De la vida privada de mi 4º abuelo; su casamiento, sus bienes y su muerte

      Pedro Nolasco Ibáñez Rospigliosi habíase casado, el 14-IX-1801 con Rosa Marín y de la Quintana, hija del Coronel de los Reales Ejércitos Juan Antonio Marín y Cáceres Salgado y de Rosa Estefanía Jacoba de la Quintana y Riglos (). La ceremonia tuvo lugar en la Capilla del Colegio Real de San Carlos, y bendijo a los contrayentes el Maestro Francisco Xavier Zamudio, en presencia de los padrinos "Josef de Belaysete" (Belasutegui?) y Juana García.
      A tres años de esa boda, el padre del desposado Brigadier Pascual Ibáñez - que fuera testigo de esas nupcias junto con José García de Zúñiga -, por escritura del 11-X-1804, ante Tomás José Boyso, interpretando la voluntad de su finada esposa Francisca de Rospigliosi - acabada de fallecer -, le cedió a su hijo Pedro, "para subvenir a las cargas del matrimonio y a cuenta de su lexítima", una de las casas que poseía en esta ciudad, ubicada en la calle nueva que corría por detrás de la puerta falsa de La Merced (hoy 25 de Mayo), a cuadra y media de la cancha llamada "de Sotoca", en el barrio de las Catalinas; vale decir, muy cerca del cuartel de los milicianos de caballería, donde revistaba Pedro Nolasco como Ayudante de dicho regimiento. Tal propiedad le correspondió al viejo Ibáñez por compra hecha a Martina Siniestra, mujer de Juan Pranz, albañil inglés, quien, en 1755, tuvo allí "una atahona corriente sobre la barranca del río". Su terreno medía 24 1/2 varas de frente al Oeste; y lindaba por ese rumbo, calle en medio, con "casas de Gervasio Posadas; por su fondo, al Este, prolongábase el lote hasta el río, "hasta topar con la lengua del agua"; y por el Sur con parcela del cabo Rolón. La respectiva vivienda constaba de "edificios de sala y aposento de dos tirantes y una cocina, toda de ladrillos crudos y parte cocidos, cubierta de tejas bastante maltrechas"; cuya construcción fue tasada en 1.327 pesos y 6 reales, el 15-VI-1804, por "el alarife de esta ciudad don Juan Bautista Segismundo".
      Fallecido su padre en 1805, Pedro Nolasco heredó la mitad de aquella quinta frente al "Hueco de Cabecitas" (ahora plaza Vicente López), distante 4 cuadras de los terrenos del convento de los frailes Recoletos (hoy cementerio del Norte). Y el 20-VII-1814, ante Luis Gómez Fonseca, nuestro personaje le vendía a María Josefa Quiroga, un lote de su heredad; de 17 1/2 varas de frente al Este por 52 1/2 de fondo; distante solo 3 cuadras del barrio hoy llamado de las 5 Esquinas.
      Un lustro después, nuestro Coronel de caballería, encontrábase enfermo de gravedad. Era todavía relativamente joven; sin embargo un reumatismo precoz y las rudas campañas de su vida militar concluyeron por minarle la salud a los 53 años. Postrado en cama sin remedio, mando llamar al Escribano Narciso Iranzuaga, quien acudió con su protocolo a la solariega casa del cliente, "a la espalda de la Catedral". Allí el moribundo, el 12-XII-1819, "confirmó" un poder para testar a favor de su mujer Rosa Marín. En dicho documento - después de ordenar se sepultasen sus restos en la Iglesia de La Merced y de establecer a sus legítimos herederos - el testador dejó el quinto de sus bienes a su esposa, y la nombró albacea de su última voluntad. Como el otorgante, en gravísimo estado, no pudo firmar esa escritura, lo hizo en su nombre el presbítero Saturnino Segurola (culto bibliotecario y futuro introductor de la vacuna antivariólica en el país), quien, seguramente, le administró los sacramentos al agonizante; cuyos despojos, 14 días después, recibieron cristiana sepultura en un nicho de la iglesia mercedaria.
      Casi ocho años demoraría la viuda y albacea del causante en hacer protocolizar el testamento de éste. El 5-VII-1827, con la venia del Juez Juan José Cernadas, compareció, ante el Escribano Manuel Llames, Rosa Marín y dijo: Que el retardo en acudir a darle forma legal a la última voluntad de su marido se debía a "los ulteriores padecimientos de mi casa y familia, bastante notorios". Manifestó que el cadáver de don Pedro, según su voluntad, fue sepultado en el Convento de La Merced, pero que, posteriormente, se trasladó al "cementerio general del Norte o Recoleta". Declaró que su esposo "al tiempo que nos casamos no tenía otros bienes que la decencia personal" y "un sitio en el hueco de Cavecitas", y que en vísperas de su enlace recibió como dote de ella 1.993 pesos y 7 reales; en tanto me ofreció por vía de arras 24 onzas de oro". Luego puso de relieve que don Pedro heredó de sus padres 15.000 pesos; y que tal herencia se completó con las siguientes propiedades: La casa que fue de sus mayores (los González Filiano), "situada al frente de la espalda de la Catedral, calle hoy nombrada La Piedad". Originariamente ese solar (ahora en Bartolomé Mitre entre San Martín y Reconquista) fue el que Garay repartió en 1580 a un impreciso "don Lorenzo". En la actualidad se encuentra ocupado por los edificios de "The Royal Bank of Canada" y del "Banco de Italia y Río de la Plata".
      Otra casa "en la calle 25 de Mayo sobre la barranca y barrio de las Catalinas", es decir "tras el Zanjón de Matorras". La "quinta de una cuadra sobre el hueco de Cavecitas"; con un terreno anexo a dicho hueco, "que mantuvo desde soltero, y que por su cuenta edificó durante el matrimonio", exactamente a 3 cuadras de "Las Cinco Esquinas" (). Además de un terreno de pastos, con una pieza o cuarto edificado en el bajo de Palermo, cerca de la Capilla de Cueli (). Y otra superficie que "repartió el Gobierno en las inmediaciones de los Quilmes, en el que no hizo población, ni invirtió suma alguna". El causante, al tiempo de su muerte, le debía a Manuel Hermenegildo Aguirre (mi tatarabuelo, que se casaría 20 años mas tarde, en segundas nupcias con una hija suya) 2.500 pesos que "le tenía suplidos, con más los réditos vencidos"; amén de 200 pesos que Aguirre le prestó sin réditos, "para su asistencia de la enfermedad de que falleció".

  • Fuentes 
    1. [S112] Ibarguren Aguirre, Carlos Federico, Los Antepasados, A lo largo y mas alla de la Historia Argentina, (Trabajo inedito), Tomo XI, Los Rospigliosi (Confiabilidad: 3).

    2. [s1] Medrano Balcarce, Juan Manuel, Medrano Balcarce, Juan Manuel, (jmedrano76(AT)hotmail.com).

    3. [S1] Medrano Balcarce, Juan Manuel, Medrano Balcarce, Juan Manuel, (jmedrano76(AT)hotmail.com), https://www.familysearch.org/ark:/61903/3:1:3Q9M-CSKC-ZSBT-8.

    4. [s1] Medrano Balcarce, Juan Manuel, Medrano Balcarce, Juan Manuel, (jmedrano76(AT)hotmail.com), https://www.familysearch.org/ark:/61903/3:1:9396-XTSQ-3Q.

    5. [s1] Medrano Balcarce, Juan Manuel, Medrano Balcarce, Juan Manuel, (jmedrano76(AT)hotmail.com), https://familysearch.org/ark:/61903/3:1:939D-VQQH-H.