Mariano Fenelón de Zuviría Lezama, (*)

Mariano Fenelón de Zuviría Lezama, (*)[1]

Varón 1827 - 1884  (57 años)


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  • Nombre Mariano Fenelón de Zuviría Lezama 
    Sufijo (*) 
    Nacimiento 12 Ago 1827  Salta, Salta, Argentina Buscar todos los individuos que registran eventos en este lugar. 
    Sexo Varón 
    Fallecimiento 31 Dic 1884  Buenos Aires, Argentina Buscar todos los individuos que registran eventos en este lugar. 
    ID Persona I601866  Los Antepasados
    Última Modificación 26 May 2020 

    Padre José Facundo de Zuviría Escobar Castellanos, (*),   n. 26 Nov 1794, Salta, Salta, Argentina Buscar todos los individuos que registran eventos en este lugar.f. 19 Ago 1861, Paraná, Entre Ríos, Argentina Buscar todos los individuos que registran eventos en este lugar. (Edad 66 años) 
    Madre Isabel María de Lezama Quiñones,   n. Dic 1799, Salta, Salta, Argentina Buscar todos los individuos que registran eventos en este lugar.f. Cir. 1876, Salta, Salta, Argentina Buscar todos los individuos que registran eventos en este lugar. (Edad ~ 76 años) 
    Matrimonio 2 Feb 1821  Catedral Nuestra Señora del Rosario, Paraná, Entre Ríos, Argentina Buscar todos los individuos que registran eventos en este lugar.  [2
    ID Familia F976  Hoja del Grupo  |  Family Chart

    Familia 1 Belisaria Isasa González Moyano,   n. Córdoba, Córdoba, Argentina Buscar todos los individuos que registran eventos en este lugar. 
    Hijos 
     1. Carolina de Zuviría Isasa,   n. 14 Ene 1857, Córdoba, Córdoba, Argentina Buscar todos los individuos que registran eventos en este lugar.f. 21 Sep 1885, Córdoba, Córdoba, Argentina Buscar todos los individuos que registran eventos en este lugar. (Edad 28 años)
    ID Familia F202786  Hoja del Grupo  |  Family Chart
    Última Modificación 13 Sep 2010 

    Familia 2 Carmen Nazaria Martínez Castro Ayestarán,   n. 12 Jun 1852   f. 29 Dic 1927 (Edad 75 años) 
    Matrimonio 20 Ago 1874  [2
    Hijos 
     1. Horacio de Zuviría Martínez Castro,   n. 25 Dic 1875, Rosario, Santa Fe, Argentina Buscar todos los individuos que registran eventos en este lugar.f. 9 May 1903 (Edad 27 años)
    +2. María Nydia de Zuviría Martínez Castro,   n. 14 Oct 1878, Rosario, Santa Fe, Argentina Buscar todos los individuos que registran eventos en este lugar.f. 10 Abr 1971, Buenos Aires, Argentina Buscar todos los individuos que registran eventos en este lugar. (Edad 92 años)
    +3. Raúl María de Zuviría Martínez Castro, (*),   n. 6 Nov 1883, Rosario, Santa Fe, Argentina Buscar todos los individuos que registran eventos en este lugar.f. 8 Jul 1965, Buenos Aires, Argentina Buscar todos los individuos que registran eventos en este lugar. (Edad 81 años)
    ID Familia F200654  Hoja del Grupo  |  Family Chart
    Última Modificación 5 Jun 2020 

  • Mapa del Evento
    Enlace a Google MapsNacimiento - 12 Ago 1827 - Salta, Salta, Argentina Enlace a Google Earth
    Enlace a Google MapsFallecimiento - 31 Dic 1884 - Buenos Aires, Argentina Enlace a Google Earth
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  • Fotos
    Zuviría Lezama, Mariano Fenelón de
    Zuviría Lezama, Mariano Fenelón de
    c. 1881, por F. Ortega.

  • Notas 
    • Era hijo del Dr. Facundo de Zuviría, Presidente de los Constituyentes de 1853, y de la distinguida matrona Isabel de Lezama. Su padre había emigrado en 1831 a Bolivia junto a muchos otros argentinos ilustres, para establecerse en la ciudad capital de Chuquisaca (Sucre). Esta emigración fue a causa de su rol importante y directo en los acontecimientos políticos de la época, como uno de los primeros hombres del partido liberal. Fenelón hizo sus primeros estudios en Salta bajo la hábil dirección del renombrado pedagogo Mariano Cabezón y del aventajado profesor de latinidad Ventura Gallegos. A los doce años, Fenelón fue llevado por su padre a Chuquisaca con el propósito de hacerlo educar en el Colegio Nacional, que estaba próximo a abrirse, bajo la dirección del célebre argentino José Ignacio Gorriti, cuya figura se levanta prominente en el Congreso que sanciono en Buenos Aires la Constitución de la República Argentina del 24 de diciembre de 1826. Al morir Gorriti en 1842, la dirección del Colegio Nacional fue confiada al Dr. Juan Marcos Zorrilla, quien le tomo un gran cariño a Fenelón y lo distinguió con una marcada predilección. Allí estudio matemáticas, música y dibujo bajo la dirección de los profesores Dr. Toro, Villavisencio y Tirao, distinguiéndose tanto en esta última área por su genio creador y artístico que en una exposición en la cual figuraba uno de sus cuadros, este llamo tan poderosamente la atención de los más entendidos que mereció ser solicitado por el Presidente de la República, general Ballivián. También merece destacarse que allí adquirió luego gran destreza en los ejercicios de la esgrima. Como consta en la asidua correspondencia que mantuvo con su padre durante su exilio en Bolivia, aprendió a tocar guitarrra en 1844 durante su residencia en Sucre, Bolivia, utilizándola principalmente para acompañarse cantando (su voz era considerada la mejor del colegio). Consta en esta correspondencia que su padre lo apodaba cariñosamente "Rambito" de niño. Sin embargo, su éxito académico durante los años de estudio en el Colegio Nacional en Sucre, fueron acomnpañado por algunos sinsabores: cuenta en una de sus cartas que sus compañeros lo trataban a él y a sus hermanos de "cínicos, santulones," y que su respuesta era simplemente dedicarse a sus estudios y no discutir con ellos ya que no veía nada positivo en esta actitud. También se ve su fe católica, que sin duda le sirvió como sostén durante momentos difíciles de su vida.
      Habiéndose abierto posteriormente el Colegio Nacional de La Paz bajo el rectorado de su ilustre padre y bajo la misma administración del general Ballivián, se trasladó allí para continuar y terminar sus estudios científicos y literarios en el colegio primeramente y después en la Universidad Mayor de San Andrés de la Paz. El fin de su carrera de estudiante está marcado por brillantes y luminosas pruebas en casi todos los ramos del saber humano, recibiendo finalmente el grado de Doctor en Leyes en ambos derechos del dignísimo Cancelario y Presidente de la Corte Suprema Dr. Andrés Quintela. Al poco tiempo de ingresar Fenelón a la Academia de Practica Forense el entonces presidente general Isidoro Belzú lanzo el célebre decreto de expulsión de los argentinos residentes en Bolivia por atribuirles injerencias en las políticas locales y probablemente también con la esperanza de conseguir el aprecio de Juan Manuel de Rosas.
      Muchos argentinos abandonaron entonces la tierra que les presto hospitalidad, y entre ellos se encontraron Fenelón y su padre, quienes emigraron a Chile, de donde más tarde se trasladaron a Salta. De allí el joven Doctor Fenelón se trasladó a Buenos Aires, donde residió varios meses para finalmente establecerse en la ciudad de Córdoba a los efectos de completar su práctica forense. Luego del luminoso dictamen expedido por el Fiscal Dr. Roque Funes, fue adscrito al curso de practica forense dirigido por el distinguido abogado Dr. José Severo de Olmos, teniendo por compañeros a quienes fueran luego afamados abogados Dres. Cortes, Oliva y varios otros, pues aún no se había establecido la Academia que años más tarde se fundó y en la cual Fenelón ejerció durante un año el delicado rol de Censor. Su conducta intachable, sus relevantes méritos y los brillantes y repetidos triunfos alcanzados en su corta carrera contribuyeron poderosamente para que, en premio de sus conocimientos e inteligencia, obtuviera el diploma de abogado de la nación; inscribiéndose mas tarde en las matriculas de abogados de las provincias de Córdoba y Buenos Aires. Durante esta época se había establecido en Paraná el gobierno de la Confederación, del cual fue nombrado Ministro de Guerra el distinguido general de la independencia Rudecindo Alvarado. Este, a su paso por Córdoba, rogo encarecidamente a Fenelón, pues le conocía desde niño por su íntima relación con su padre, que lo acompañara a Paraná con el cargo de Sub-Secretario de la cartera de Guerra, solicitud a la cual accedió.
      Una vez finalizado su compromiso con el general Alvarado, Fenelón regreso a Córdoba donde fue inmediatamente distinguido por el gobierno de la provincial con el cargo de Relator de la Corte Superior de Justicia, destino al cual renuncio porque, según su expresión, sus muchas ocupaciones no le permitían aceptar. Sin embargo, en honor a la verdad, no acepto el cargo porque debido a su carácter esencialmente humilde se resistía a principiar su carrera por puestos tan elevados, prefiriendo como el modesto soldado ascender sucesivamente por sus méritos, que le fueran tan ampliamente reconocidos en vida.
      Fenelón se casó en Córdoba en 1853 con Belisaria Isasa con quien tuvo tres hijos: Carolina (1857; fue la madre del escritor Gustavo Martínez Zuviría, más conocido como Hugo Wast), Etelvina (1858) y Paulino Fenelón (1860).
      Según indica José Baygorri, pocas personas han podido reunir todas las cualidades de Fenelón: profundos conocimientos, rectitud inquebrantable, firmeza de convicción, y todo esto lo revelo al ocupar sus cargos de Fiscal en 1a Instancia, Fiscal de la Cámara, Fiscal de Gobierno, Juez en 1a Instancia, camarista en dos distintos periodos, destino del que, ejerciéndolo por vez primera, fue removido para desempeñar el Ministerio General de Gobierno durante la primera administración de Roque Ferreyra. Fue entonces que dicto por decreto del 14 de Agosto de 1855 la fundación de la distinguida Sociedad de Beneficencia, institución que ha rendido maravillosos frutos. Esta Sociedad de Beneficencia de señoras tenía entre sus objetivos "la educación de la niña, el amparo del huérfano y del desvalido, la maternidad del esposito, la corrección y moralidad de la mujer descarriada, la asistencia de la mujer enferma, y la manutención del mendigo infeliz, que hacen las más humanitarias funciones de la vida... formación de colegios de pupilas y medio pupilas, asistir y correr con el hospital de mujeres existente." A estos objetivos agrega "la promoción, creación y fomento de toda institución piadosa que sea posible".
      Durante esa misma época la República Argentina atravesaba por circunstancias verdaderamente anormales. El gobierno de la Confederación, con el firme propósito de consolidar más y más su poderío, dictaba ciertas medidas que atentaban contra la constitución nacional. Cuando ordeno las circunscripciones militares (Nota: Los jefes de estas circunscripciones militares se convirtieron en respaldos efectivos del gobierno nacional, en gran medida, por encima de quienes eran teóricamente los agentes naturales de éste: los gobernadores de las provincias) que tan hondamente afectaban la autonomía de los gobiernos de las provincias, nadie se presentó a defender con la fuerza poderosa de la razón la libertad de los pueblos; nadie tuvo el valor cívico de afrontar las consecuencias de sus actos, y solo el Dr. Zuviría supo sostener una lucha con energía notable, sin que se viera apoyado ni por la prensa, que atemorizada o extraviada había enmudecido, ni por los pueblos que se mostraban indiferentes, saliendo al fin triunfante en la lid y demostrando que las medidas impartidas por el gobierno de la Confederación falseaban seriamente los fundamentos precisos de la constitución nacional.
      Los mismos que habían combatido sus ideas liberales, viernes al fin obligados a hacerle justicia, pero gran parte de las notas del gobierno de Córdoba de esa época permanecieron inéditas, pues no había un órgano simpático de la prensa que las publicara, tal era la oposición que se hacía a su justa y patriótica resistencia.
      A consecuencia de atribuírsele a él esas resistencias que atraían la animadversión al gobierno de Córdoba, el Dr. Zuviría se sacrifica una vez más en obsequio de la tranquilidad del gobernante e hizo renuncia de su ministerio, la cual no le fue aceptada, pero insistiendo en ella, hubo al fin que tomarla en consideración.
      Digno, justo, a la vez que inflexible, el Dr. Zuviría fue el único que en momentos verdaderamente graves trato de poner a raya las pretensiones y poderío del general Urquiza, sostenido en el Congreso por muy pocas personas, entre las cuales se encontraba el Dr. Justiniano Posse (de "nuestros" Posse).
      Si el Dr. Zuviría renuncio a su ministerio, fue porque no quería comprometer con su ejercicio al gobierno de Córdoba. Canticos de triunfo entonaron sus adversarios cuando su renuncia fue aceptada, porque creyeron que su sucesor en el ministerio apoyaría las doctrinas contrarias; pero no fue así, pues lo reemplazo el Dr. Justiniano Posse, quien representaba las mismas ideas avanzadas del Dr. Zuviría.
      Esta política transcendental de buenos principios sostenida por él y otros distinguidos ciudadanos que le siguieron, como el malogrado Dr. Modestino Pizarro que falleció a causa de una herida recibida en la batalla de Pavón, hicieron notable a esa administración, al punto que obligo a reelegir en años posteriores al mismo gobernante para otro periodo constitucional.
      En 1861 el Dr. Zuviría fue nombrado miembro de la comisión que el gobierno de Córdoba envió a Mendoza conduciendo los valiosos socorros para las desgraciadas victimas del espantoso terremoto que convirtió en ruinas a esta ciudad, y allí su celo humanitario y su afabilidad dejaron grabado recuerdos indelebles.
      Electo dos veces consecutivas como Ministro General de Salta durante el gobierno de Delfín Leguizamón, rehusó sus nombramientos por la imposibilidad de abandonar a Córdoba, donde lo ligaban compromisos personales, pero si acepto ser su representante en la Exposición Nacional para la presentación de sus ricos productos y demás referente. Acepto entonces el cargo de Procurador Nacional (Procurador Fiscal Federal) en la sección judicial de Córdoba siendo juez de ella el futuro Ministro de la Corte Suprema Dr. Laspiur, con quien lo ligo una sincera amistad que también mantuvo con diferentes presidentes de Argentina, como Mitre, Sarmiento y Roca.
      Durante la administración del Sr. Peña le cupo el honor de ser solicitado con mucha insistencia para desempeñar como Inspector General de escuelas de la ciudad de Córdoba, por ser un ramo de la mayor importancia y necesitar de una organización radical que se encomendaba a sus reconocidas aptitudes, a favor de la cual y de San Vicente de Paul renuncio generosamente a su sueldo, encargándose de presentar un vasto proyecto de organización del ramo.
      En 1862 el Dr. Zuviría fue electo Diputado Nacional por Córdoba para el primer Congreso Nacional que se reunió en la ciudad de Buenos Aires; pero habiéndose desaprobado por fines políticos esa elección, se lo reeligió por segunda vez, encontrándose en Buenos Aires, y algún tiempo después fue elegido para el mismo cargo, resultando que por espacio de seis años, hasta 1868, revistió en nombre del voto popular el carácter de Diputado Nacional.
      Mientras desempeño tan importante cometido, sostuvo en el Congreso con noble entereza la sana doctrina de que la Nación podía y debía ser demandante y demandada. Ante este principio que encarnaba un espíritu de verdadera justicia y republicanismo, algunos de sus colegas invocando el nombre de la soberanía nacional, se empeñaron más y más en una discusión puramente metafísica; pero el Dr. Zuviría, mostrándose sereno en medio de sus adversarios y elocuente en sus momentos de inspiración, expuso sus argumentos irrefutables, ventilo la cuestión de una manera clara y precisa, y acabo por obtener el triunfo de la justicia en la ley.
      Habiéndose declarado a la sazón la guerra contra Paraguay, el Dr. Zuviría presento un proyecto de manifiesto al pueblo argentino, explicando los motivos poderosos del rompimiento. El mejor elogio que podría hacerse de este documento lo hizo el Dr. Juan María Gutiérrez quien lo señaló como uno de los mejores trozos de literatura patria, recomendando a los estudiantes de la Universidad Bonaerense, de la cual era Rector, que lo leyeran repetidas veces.
      En su larga carrera parlamentaria, el Dr. Zuviría ha sido el autor de un vasto proyecto de ley de expropiación por causa de utilidad pública. Sostuvo con brío la célebre discusión con el Dr. Ugarte, sobre reforma de la Constitución en cuanto a derechos de exportación, siendo ella tan importante, que el Congreso dispuso su publicación en folleto especial. Ha tenido la gloria también de ser el autor de un proyecto de ley para que la Republica Argentina figurase en la exposición de Paris, y sus sentidas palabras pronunciadas en esa ocasión fueron reproducidas por la prensa tiempo después en vista de su mérito literario, de la verdad tangible que de ellas se desprendía, y del gran interés de actualidad que encerraban.
      En el Parlamento ha sido siempre uno de los oradores más notables y distinguidos, de quien decía quien fuera taquígrafo del Congreso, el Sr Camaña, que en los veinte años que sirvió en la Cámara, jamás conoció diputado más veloz y claro en sus improvisaciones, pues llego a contar en una ocasión hasta doscientas palabras por minuto.
      De expresión vehemente, de imaginación fecunda, de sentimientos delicados, y laborioso en las comisiones, el Dr. Zuviría ha demostrado un tino especial para resolver rápidamente las dificultades en las más arduas e importantes cuestiones.
      Raúl de Zuviría y Martínez indica que fue Miembro Permanente de la Comisión de Negocios Constitucionales, y autor de proyectos y miembro informante en la discusión de leyes fundamentales para la organización nacional, códigos, residencia de las autoridades nacionales, inmigración, papel moneda, organización de los tribunales, ciudadanía, elecciones nacionales, ejército nacional, Registro Cívico, acefalia, entre otras. Fue también redactor de la Ley de Enjuiciamiento de Magistrados.
      Además de estas leyes y proyectos tan diversos, otra ley propuesta por Fenelón que ilustra la grandeza de su personalidad y su preocupación constante por las clases sociales de menores recursos, fue la referente a establecer una compensación para las viudas de los soldados muertos en la guerra del Paraguay que prácticamente habían sido reducidas a la pobreza más absoluta sin que nadie más que Fenelón se hubiera ocupado de hacer suya esta causa tan noble.
      Fenelón fue socio fundador de la Revista de Buenos Aires en 1863, junto a Bartolomé Mitre, Domingo F. Sarmiento, Lucio V. Mansilla, Manuel Quintana y Diego de Alvear, entre muchos otros personajes muy ilustres de nuestra historia.
      Esta revista se dedicada a la historia americana, literatura y derecho, y fue distribuida durante varios años en Argentina, Uruguay y Paraguay.
      Fenelón tuvo una actuación destacada durante la terrible epidemia de fiebre amarilla de 1871 que mato al 8% de los porteños (unos 14,000) y desoló algunos barrios como el de San Telmo. Se calcula que la población de Buenos Aires se redujo a una tercera parte en su peor momento debido al éxodo de quienes procuraban escapar de este flagelo.
      Ejerciendo el cargo de Procurador Fiscal en la ciudad de Córdoba, al mismo tiempo que su profesión de abogado, fue nombrado por decreto del Presidente Sarmiento del 25 de septiembre de 1872 Juez Federal de la sección de Santa Fe. El nombramiento fue aceptado porque, según la opinión de los facultativos, tenía la necesidad de cambiar de temperamento, separándose en consecuencia de sus numerosas relaciones que le demostraron su aprecio hasta el momento de su partida (su primera mujer, Belisaria Isasa, falleció en Córdoba en 1871 y esto debe haber influido mucho en su decisión).
      Fenelón se casó por segunda vez en 1874 con Carmen Martínez Castro, hija del hacendado bonaerense Marcelino Martínez Castro, uno de los líderes de la Revolución de los Libres del Sur contra Rosas, y de María Lorenza Ayestarán. Este matrimonio tuvo cinco hijos: Horacio (1875), Nydia (1877), Graziella (1880), Omar (1881, murió antes de cumplir un año) y Raúl (1883), todos nacidos en Rosario.
      A poco de llegar al Rosario, un joven se le presento exponiendo, que teniéndose noticias de su competencia jurídica y de su buena voluntad para con la juventud, le suplicaba en su nombre y en el de sus compañeros, que les enseñase la ciencia del derecho, porque deseaban dedicarse a la carrera del foro, y esas asignaturas no estaban establecidas y por lo tanto ni rentadas, en el Colegio de Santa Rosa, y que si le era posible dictarlas gratuitamente ellos contaban con obtener del gobierno de la nación y mediante los empeños del director de ese colegio, Dr. Milcíades Echague, le fueran admitidos sus exámenes rendidos ante las comisiones que el superior gobierno designara.
      El Dr. Zuviría, que jamás se mostró indiferente con la juventud, acepto el compromiso que se le solicitaba, contestando que nunca se pensara en recompensa de ningún género, pues se juzgaba suficientemente retribuido con la dulce satisfacción de poderles ser útil en su carrera, prometiéndoles al mismo tiempo acompañarlos desde el primero hasta el último día de sus estudios.
      En efecto, los cursos dieron principio y continuaron en el Colegio Nacional que por entonces se abrió durante cinco años y medio sin interrupción alguna, y hasta desde el lecho en que lo postro sus dolencias físicas, les ha dictado cursos de derecho filosófico, de gentes, penal, constitucional, y procedimientos forenses en el orden nacional y provincial. Muchos de esos jóvenes, luego de rendir exámenes ante las comisiones designadas por el gobierno de la nación, se convirtieron en distinguidos abogados.
      Paralelamente a estas actividades, Fenelón fue fundador y Presidente de la Sociedad Protectora de Animales de Rosario; Presidente del Club Social de Rosario; además de miembro de sociedades nacionales y extranjeras, literarias, científicas y de caridad. La sociedad literaria "Mayo" con sede en Rosario, a través de su Presidente D Gualberto Escalera y Zuviría, lo nombro en 1878 Socio Honorario "reconociendo las dotes intelectuales de que es poseedor" como se ilustra en la imagen de este diploma que se adjunta. La Sociedad Pedagógica y Fomento de la Educación de Rosario lo nombro en 1882 Socio Protector otorgándole el correspondiente diploma que así lo acredita.
      Fenelón falleció el 31 de Diciembre de 1884, víctima de una larga enfermedad. El General B. Mitre dijo sobre él en ocasión de su fallecimiento: "Las virtudes cívicas y las altas calidades intelectuales y morales del Dr. Zuviría, a la vez que sus abnegados servicios en pro de la patria y de la sociedad, lo hacen digno del homenaje póstumo, y simpatizando de todo corazón con tan elevado propósito me hare un deber, como amigo del finado, en contribuir con mi óbolo en su oportunidad a fin de que ese objeto sea llevado por mi parte".
      [2]

  • Fuentes 
    1. [S137] Cutolo, Vicente O., Nuevo Diccionario Biográfico Argentino, (Editorial Elche, Buenos Aires, 1968. De este diccionario se editaron varias ediciones actualizadas, hasta el 2004.).

    2. [S1556] Zuviria, Martin de, Zuviria, Martin de, (dezuviriam(AT)gmail(DOT)com).