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- EVARISTO CASTELLANO BARBOSA, n, San Javier en 1772 y b. con los nombres de José Evaristo. Se dedicó a las actividades rurales en la estancia "Yacanto" que fuera propiedad del Capitán D. Cristóbal Barbosa de Araujo, abuelo de su madre. Difícil era la situación de dichas tierras cuando D. Evaristo Castellano empezó a colaborar en su administración y explotación.
D. Cristóbal Barbosa de Araujo con el fin de mejorar sus tierras, allá por la primera mitad del siglo XVIII, las hipotecó al Convento de Santo Domingo de la ciudad de Córdoba por la suma de quinientos pesos. Heredado de ellas su hijo D. Jerónimo Barbosa, éste las gravó para aumentarlas y mejorarlas, pero a poco de morir las tierras quedaron abandonadas y todo quedó arruinado, D. Evaristo Castellano que había participado de la administración junto a su tío abuelo, entró en la administración total de la estancia Yacanto en 1807 y, al año siguiente, formalizó un contrato con D. José Ramón de Olmedo, vecino y del comercio de la ciudad de Córdoba, para redimir los gravámenes que pesaban sobre ella. El 18-1-1812 el señor Olmedo reconoció haber recibido parte de la suma convenida, y el 28-1-1812 recibió de Da. Petrona Castellano, hermana del obligado, la cantidad de cien pesos plata para aplicar al pago de las obligaciones del convenio aludido. Poco a poco Castellano fue reconstituyendo la estancia de Yacanto a los límites primitivos. El 6-III-1819 adquirió a los padres domínicos una hacienda de terreno que había sido de D. Cristóbal Barbosa, y que ellos la hubieron con las hipotecas de D. Jerónimo Barbosa. Luego compró a los demás herederos hijos de D. Fran cisco Javier Barbosa, medio hermano de su madre, las partes que habían recibido del haber paterno, convirtiéndose por fin en el único dueño de Yacanto.
En noviembre de 1820 denunció las tierras llamadas de "La Aguada" que le fueron adjudicadas.
La personalidad de Castellano le valió el desempeño de cargos y comisiones públicas aún en detrimento de sus propios intereses. En 1813 el Gobernador de Córdoba Coronel D. Francisco Javier de Viana lo comisionó para deslindar la pedanía de Chúa de las demás limítrofes,
San Javier, Nono, Panaolma y Pocho, para evitar la interferencia jurisdiccional de los jueces pedáneos.
Por el año 1816 desempeñaba el cargo de Comandante de la Com pañía de Caballería de San Javier, y el gobierno provincial le encargó, por nota del 8-VI-1816 la organización de nuevos cuerpos. Cumplió la labor organizativa para agosto de aquel año y puso al mando de la nueva compañía al Capitán D. Pedro An tonio Moreno.
A fines de 819 fue designado Capitán de Compañía en las milicias urbanas de San Javier, y puesto al mando de la Cuarta Compañía de San Javier y lugares inmediatos al sur, con motivo de la reorganización de las milicias provinciales por el Coronel Mayor D. Juan Antonio Alvarez de Arenales. Y para fines de ese año fue nombrado Alcalde de la Santa Hermandad cargo que desempeñó durante el ano 1820.
En jullo de 1829 fue puesto a cargo de Juzgado de Alzada de San Javier por el Coronel D. Pascual Pringles, quien destacó en esa oportunidad que Castellano era "sujeto de toda actitud por sus luces honradas y juicio y sobre todo por su decisión por la causa de la república". En tal carácter y por disposición del Coronel D. Hilarión Plaza realizó con éxito una colecta pública de cueros y telas para aprovisionar las tropas de la paz. En aquellos mismos días de agosto de 1829 integró la fuerza que envió el mentado coronel Plaza contra una partida federal que se habla estacionado en El Cadillo, la que fue derrotada.
Para asegurar la situación de las fuerzas militares del curato propuso al general D. José María Paz el nombramiento de D. Eulogio Cabral para comandar el Escuadrón de Luyaba, que dependía de la cuarta compañía a su cargo, propuesta que Paz confirmó el 10-X-1829. Poco después, desde la Cumbre informó detalladamente al gobierno del general Paz sobre la situación de las fuerzas unitarias del oeste sin elementos suficientes para cumplir su cometido, Este informe llevó la fecha del 9-XI
Su adhesión a la causa unitaria le valió la prisión junto con sus hermanos, por orden de Oribe a estar a las manifestaciones de Arredondo. Pero el gobernador D. Manuel López dió la orden para que se les pusiera en libertad.
Esto aconteció entre marzo de 1841 y la iniciación del año siguiente.
Falleció en Yacanto, curato de San Javier, provincia de Córdoba, el 4-X-1847. [2]
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