Notas |
- Funcionario. Formó en el cuerpo de Patricios, cuando se produjo las invasiones inglesas en 1806, y ascendió a capitán de milicias, resultando herido en uno de los combates. En la defensa cúpole la gloria de contribuir eficazmente a la rendición del destacamento de los ingleses en Santo Domingo. Fue uno de los más entusiastas revolucionarios de Mayo, y prestó su concurso personal y pecuniario. Tuvo actuación como alcalde de barrio y capitán de compañías patriotas, costeadas por el peculio de sus propios componentes. Fue miembro de la Comisión de Guerra, en 1816; director interino del Estado en 1820. En esa oportunidad, el Congreso delegó sus facultades en este ciudadano para que dominase la acción de los caudillos vencedores en Cepeda; y en la reunión popular convocada por el Cabildo el 16 de febrero de ese mismo año, que él presidió por voluntad general, resultó nombrado gobernador, rehusando tal nombramiento y aceptando sólo el de miembro de la Junta de Representantes que eligió a Manuel de Sarratea como gobernador. Poseedor de una fortuna considerable, heredada de sus padres, se dedicó en la guerra de la independencia a armar corsarios a su costa, lo que volvió a efectuar posteriormente en las luchas contra el Brasil. También armó otros buques argentinos, entre ellos la goleta Congreso, que apareció en el puerto de Cádiz "haciendo presas con una audacia sin ejemplo delante de la marina española", y llegando hasta bloquear por algunos días el referido puerto. Logró una figuración muy lucida, y presidió la Legislatura por dos veces, en 1824 y 1825. Por decreto de Rivadavia se le comisionó para traer de Europa. artesanos y trabajadores. En 1825, fue designado por el gobierno para presidir la Junta de inspección económica de los fondos del empréstito de Benos Aires. Al año siguiente, nombrósele para dirigir el Banco Nacional, del que [ue su primer presidente. Más tarde, desempeñó otras comisiones de importancia, y alcanzó la graduación de teniente coronel. Falleció en Buenos Aires, el 17 de julio de 1837. El historiador Vicente F. López, expresó sobre su personalidad que "Aguirre era un hombre de juicio sano, de una voluntad muy entera y de probidad consumada". Diego Luis Molinari, en apretado medallón, agregaba: "El poderoso mercader, negrero a ratos perdidos, corsario en horas de pingu?es beneficios, traficante de armas británicas que alimentaron las guerras civiles, rioplatenses, consignatario acreditado que se disputaban las firmas extranjeras que buscaban el favor y empleaban el soborno en aras del mejor tratamiento a sus intereses, amigo íntimo de Sarratea, era el hombre de la situación en quien la oligarquía puso sus ojos y depositó su confianza en estos días de suprema crisis de autoridad". El mismo historiador lo presenta como un hombre dotado de gran energía y presencia de ánimo, evidenciada el 3 de febrero de 1820, cuando se supo en Buenos Aires, la derrota de Cepeda. [4]
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