Notas |
- PEDRO DE VERA Y MENDOZA - 15º abuelo mío - vió la luz del mundo en la ciudad de Jerez de la Frontera - llamada así por hallarse en territorio fronterizo con el reino de Granada -, en su "collación" (parroquia) de Saint Matheos", por el año 1440. Dos décadas más adelante, a partir de 1465, el joven Pedro empieza a figurar como Regidor, y después, sucesivamente, como Jurado y Alguacil de su ciudad natal. Cuando la guerra civil estalla en la Península, durante el reinado de Enrique IV de Castilla, Vera permanece fiel a ese Monarca contra los parciales del Infante don Alfonso; y en las luchas banderizas, que dividieron a la nobleza jerezana por pretender el Corregimiento de Jerez, contraponiendo a los partidarios del Marqués de Cádiz, Rodrigo Ponce de León, con la hueste que acaudillaba el Duque de Medina Sidonia Juan Alonso de Guzmán, Vera había abrazado la causa del primero, ayudándole a ocupar la ciudad en 1461. También combatió mi antepasado con bravura frente a los moros, a órdenes del Marqués de Cádiz, en la expedición sobre Torre-Cardela, en dominios de Granada, y allí fue gravemente herido.
A consecuencia de sus hazañas militares obtuvo numerosas mercedes, entre ellas un "juro" perpetuo (pensión vitalicia) de 1.000 maravedíes anuales, que recaían sobre el almojarifazgo (derecho que pagaban las mercaderías al entrar y salir) de Arcos de la Frontera; localidad en la actual provincia de Cádiz, a orillas del río Guadalete, a 40 kilómetros de Jerez. Asimismo fue Alcaide de Arcos y de Ximena, Alférez Mayor de Jerez y Comendador de la Orden de Santiago.
En la Relación inédita de los bandos entre la casa de Medina y la de Arcos, publicada por J. Moreno de Guerra en su interesante y fundamental obra titulada Bandos de Jerez, consta que lunes 8-III-1473, Pedro de Vera, Alcaide de Arcos, en compañía de Diego Ponce de León - hermanastro del Marqués de Arcos - efectuó una correría por San Lúcar de Barrameda, "e tomaron seis caballos e mucha gente de a pié e muchas bestias, que estavan cavando en sus viñas, e todo lo mandó llevar el Marqués de Arcos, porque San Lúcar era del Duque" (de Medina Sidonia su enemigo: Enrique de Guzmán y Figueroa).
Dos años más tarde, don Pedro con su hueste asaltó una Torre llamada de Lopera, en las proximidades de Utrera, perteneciente a los parciales del Duque de Medina Sidonia, Pero "los caballeros que estaban a resguardo della pelearon y desbarataron a Pedro Vera". Y posteriormente dicho Alcaide de Arcos, con su gente, "entró a correr tierras de moros, e sacaron cerca de novecientas vacas e algunas yeguas, e cerca de cincuenta bueyes, e mataron fartos moros, e trujeron la cabalgada a Arcos, e non la partieron porque la traían por prendas, por que eran paces puestas por los Reyes. Fue esto en el mes de Noviembre, año 1479".
Poco después, en 1480, los Reyes Católicos resolvieron apartarlo a Pedro de Vera y Mendoza, tanto de la guerra contra los infieles de Granada, cuanto de aquellos anárquicos lances entre Ponces y Guzmanes. De consiguiente, con el rango de Gobernador y Capitán General, encomendáronle la conquista definitiva de las Islas Canarias. Y un sábado 1º de julio, partió de Jerez nuestro Caudillo, "para ir a Canarias a tomar la isla por mandado de los reyes, e llevó farta gente a pie e treinta a caballo. Embarcó en el Puerto viernes siete deste mes y año susodicho".
Llegado a Canarias, don Pedro gobernó arbitrariamente, con mano de hierro, concitándose la inquina de los conquistadores que lo acompañaban. Y como además hizo meter en unas carabelas 200 nativos prisioneros de guerra, y los despachó para Sevilla donde, en junio de 1483, fueron vendidos como esclavos, provocó con ello una cruenta sublevación de los isleños vernáculos; los guanches.
A pesar de todo, y no sin sufrir un duro contraste en el desfiladero de Tirajuana, Vera pacificó a la Gran Canaria. En la Relación - que publicó el historiador jerezano Moreno de Guerra en 1929 - se lee a propósito de dicha campaña: "Vino Pedro de Vera, Alcaide de Arcos, a Xerez, de Canaria, que estaba por mandado de los Reyes para que tomase la isla e que los tornase cristianos, e peleó con ellos fasta tanto que los tomó a todos, e quedó la isla por cristianos; e estuvo allá fasta que los Reyes mandaron que se viniese, y él ansí lo fizo. Ganó gran honra, que otros habían tomado la demanda y no los habían podido tomar. Estovo acerca de tres años allá, vino a Xerez segunda semana de septiembre años 1483. Trajo muchos canarios tornados cristianos, que no dejó allá ningunos, e envió otros al Rey".
Tal empresa conquistadora de las Islas Canarias había sido realizada por aquel recio caudillo andaluz, a su exclusiva "costa y minción", gastando en ellas su cuantioso patrimonio. Y refiere una leyenda que no alcanzándole los fondos, Vera empeño por dineros a dos de sus hijos a un Alcaide moro; si la anécdota non e vera resulta por lo menos ben trovata.
A su valor guerrero y buenas dotes administrativas unía, el Gobernador canariense, una dureza y codicia que, bien pronto le malquistaron con el Obispo isleño Juan de Frías, el cual lo acusó ante la Corte de darles trato inhumano a los indígenas. Por eso los Reyes Católicos, en 1488, a raíz de cierta sangrienta represalia llevada a cabo por Vera contra nativos y españoles rebeldes en la Gomera, retiraron al gobernante de la isla, a fin de emplearlo mejor en la acción final de la toma de Granda; en cuya bélica circunstancia don Pedro puso en juego su habitual intrepidez. Nombrado más tarde Adelantado de Canarias - archipiélago que a partir de la conquista de Vera quedó adscripto para siempre a España -, su avanzada edad le obligó a resignar el cargo.
Murió en Jerez en 1498, y su cadáver recibió sepultura en el Monasterio de Santo Domingo el Real, de la ciudad donde había nacido, en la Capilla Mayor que compró para enterratorio de su Casa.
Pedro de Vera y Mendoza habíase casado con Beatriz de Hinojosa, de añeja estirpe jerezana; descendiente de Miguel Pérez de Hinojosa, uno de aquellos 300 caballeros conquistadores y repobladores de Jerez en 1264, conducidos por Alfonso "El Sabio". Por lo demás, dos sobrinos nietos de doña Beatriz, Pedro y Damián de Hinojosa, litigaron ejecutorias de hidalguía en 1572 y 1593, respectivamente. [3]
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