| Notas |
- El Coronel Don Rufo Miñano, como firmaba, nació en Soria el 27 de agosto de 1790 y fue bautizado el 29 con los nombres de José Rufo María. Fue hijo de Don Gil Sancho Miñano y Doña Juana Beltrán de Salazar. Su padrino fue su abuelo materno Don Cosme Beltrán de Salazar.
A los 17 años, siguiendo los pasos de sus tíos los Dres. Baltasar y Martín Sancho Miñano, ambos abogados de los Reales Consejos, y el segundo Rector de la Universidad de Valladolid y Presidente de la Real Academia de Derecho Español y Público, Don Rufo ingresó en la Universidad de Osma para estudiar abogacía. Sin embargo, a los pocos meses -el día 11 de mayo de 1808- al producirse la invasión de las tropas napoleónicas a España, y el posterior levantamiento de los españoles, don Rufo dejó su carrera universitaria y se incorporó en el Regimiento de Voluntarios Numantinos.
En un artículo conmemorativo del bicentenario de la guerra de independencia española contra Napoleón, don Argimiro Calama y Rosellón recuerda que en Soria "Don Alejandro Miñano, Don Rufo Miñano, ambos también hidalgos... entre otros, fueron Capitanes habilitados para los mandos de las primeras Compañías y Escuadrones" del Regimiento de Voluntarios Numantinos ("Las distintas y sucesivas Juntas de Defensa en la Provincia de Soria en la Guerra de la Independencia (1808-1813)", en Revista Hidalguía, Mayo-Agosto 2008, pág. 357). En su Hoja de Servicios, que se custodia en el Archivo General Militar de Segovia, consta su "calidad Noble".
Con dicho Regimiento de Voluntarios Numantinos, los hermanos Alejandro y Rufo Sancho-Miñano se hallaron en el ataque del Cortijo de Logroño el 25 de octubre de 1808. Días más tarde pasaron al Batallón ligero de Campo Mayor, del cual había sido su capitán D. José de San Martín. Precisamente como capitán de este Batallón, San Martín había sido distinguido por la acción de Arjonilla, el 23 de junio de 1808, y premiado con un ascenso a teniente coronel graduado y capitán agregado al Regimiento de Línea nº 5 de Borbón con el cual participó en la Batalla de Bailen, donde el ejército napoleónico perdió su primera batalla el 19 de julio de 1808.
En 1809, don Rufo y don Alejandro, estuvieron en la Batalla del Real sitio de Aranjuéz, y luego en la de Almonacid. En 1810 participaron de las acciones de Almazán y Yanguas. En 1811 estuvieron en la retirada de Checa, y en el ataque y toma del puente de Auñon, en las acciones de Soria, de San Pedro Manrique, de Ariza y Calatayud, donde fue herido don Rufo. Recuperado, estuvo en el ataque, sitio y toma del convento de La Merced de Calatayud. También estuvo en el asalto de Alfamén, Almunia y Jumilla.
Combatió en la expedición contra Soria, el 13 de enero de 1812, donde fue herido en el pecho y en una mano. En marzo ya estaba recuperado, y participó del asalto a la ciudad de Soria. En mayo y junio estuvo en las acciones de Tudela y Aranda de Duero, y en agosto en los Campos de Nalda. En octubre en las guarniciones de Almunia y Borja, quedando prisionera en esta última. Fugado de los franceses, en diciembre combatió en las acciones de Encina, Corba y Paniza, y Almunia.
En 1813 combatió en las acciones de Caspe, y en el bloqueo y sitio de las plazas de Tortosa y Peñiscola. En 1815 estuvo en el ejército de operaciones de la izquierda, acantonando en la línea de Roncesvalles y Erzaza en el valle de Baztán. Terminada la reconquista en los primeros meses de 1814 y restablecido Fernando VII en el trono, el 30 de mayo de 1815 fue ascendido al grado de capitán de infantería, y en septiembre de ese año, con el Regimiento de Barbastro, pasó a la expedición de Francia, acampando al frente de Bayona.
Regresado de la expedición contra Napoleón, se casó el 14 de febrero de 1816 con Doña Francisca Domínguez Buiza en la Iglesia de San Juan Bautista, en Narros, provincia de Soria. El casamiento se efectuó previa Real Licencia para contraer matrimonio concedida el 4 de enero de 1816, conforme surge del expediente matrimonial de Don Rufo y Doña Francisca. En dicho expediente consta que los antepasados de Doña Francisca "...son Caballeros hijos Dalgo notorios de sangre, por tales habidos y comúnmente reputados sin cosa en contrario, en cuia posesión se hallan y han estado y obtenido los empleos honoríficos de Alcaldes, Regidores y demás que por su estado noble les compete, en dicho lugar, lo que consta al testigo de vista; y a su virtud dicha Dª Francisca esta en posesión de tal hija Noble, como su Padre y Abuelo mencionados, como es público y notorio". Agregan los testigos que "Dn. Ramón Domínguez y su mujer Dª Ana Buiza... son hacendados que poseen muchos y diferentes bienes raíces y semovientes; y a más una cabaña de ganado lanar fino transhumante muy decente. Por lo cual conceptúa que verificado el fallecimiento de los susodichos, o cada uno de los susodichos, podrá quedar y quedará Dª Francisca Domínguez, su hija soltera, una legítima muy decente y suficiente para mantenerse con el honor correspondiente a sus circunstancias y calidad distinguida de su nacimiento hereditario, y a que es acreedora".
Entre 1816 y 1817, cumplió destinos en las guarniciones de Pamplona y Soria, destacándose como instructor del batallón de infantería de Cazadores de Barbastro (Huesca). En 1818 pasó al regimiento de infantería de Mallorca.
Siendo un oficial liberal, y estando en Cartagena en 1823, se negó a capitular ante el asedio de los "Cien mil hijos de San Luis", ejército que invadió España para reimplantar el absolutismo. Por este hecho, años más tarde, don Rufo sería declarado Benemérito de la Patria.
Vencido el ejército liberal y restaurado el absolutismo en España, don Rufo -al igual que todos los oficiales liberales- fue pasado a licencia obligatoria, permaneciendo en dicho estado hasta 1833.
El 13 de febrero de 1832 fallece Doña Francisca Domínguez Buiza, quedando Don Rufo a cargo de 6 niños: Elías, María, Alejandro, Petra, Álvaro y Patrocinio.
Al fallecimiento del rey Don Fernando VII en 1833, el pleito sucesorio dio lugar a una guerra civil, conocida como "primera guerra carlista", entre los seguidores del Infante Don Carlos y los de la reina Doña María Cristina. Por entonces don Rufo ya era teniente coronel y como partidario de la reina, le correspondió batirse bravamente el 26 de marzo de 1835 en las acciones de Arraiza (Navarra), en el levantamiento del sitio de Bilbao, y en las batallas de Mendigorria, Tremp (Lérida) y Estella (Navarra).
En 1836 participó en las acciones de Lillen, Galarreta, Villabende, Peñaflor y Cornellana. En esta última, por su valor en combate, le fue concedida la Cruz de primera clase de la Real y Militar Orden de San Fernando, la más preciada de las condecoraciones militares españolas, creada con la finalidad de premiar el valor heroico y distinguido en los campos de batalla.
El 1 de diciembre de 1842, previa Real Licencia, Don Rufo contrae nuevo matrimonio -por poderes- en El Ferrol con Doña Luisa de Castro. El matrimonio fue ratificado el 22 de diciembre de dicho año ante el Vicario General Castrense de la ciudad de Calatayud, en la Iglesia Colegial de Santa María la Mayor. Con Doña Luisa, Don Rufo tuvo cuatro hijos: Enrique, Justo, Luis y Laura.
En 1844 ascendió a coronel de infantería. El 1 de octubre de ese mismo año asumió como Gobernador de la Plaza de Alcañiz, provincia de Teruel, en Aragón, cargo en el que permaneció hasta 1848, año que se retiró del ejército.
A lo largo de su carrera fue condecorado con la Cruz del Segundo Ejército; la Cruz por la gloriosa Batalla de Mendigorria; la Cruz de primera clase de la Real y Militar Orden de San Fernando; y la Cruz y Placa de la Real y Militar Orden de San Hermenegildo, entre otras cruces de distinción.
El Coronel Don Rufo Sancho Miñano falleció en El Ferrol el 4 de marzo de 1859, siendo enterrado al día siguiente en el camposanto de la Iglesia de San Julián. [3]
|