Notas |
- Guerrero de la independencia. Nacido en Buenos Aires, el 5 de julio de 1794. Era hijo de D. Andrés Caxaraville, español de origen, y de D." María Miguens, salteña. Empezó su carrera, con el grado de cadete, en el regimiento de Granaderos a Caballo, en 1813. Sirvió en las diversas campañas que hizo este famoso regimiento, batiéndose también en el Alto Perú, donde fué herido de bala en la batalla de Sipe-Sipe, y cuando San Martín atravesó los Andes tenía el grado de capitán. El 30 de marzo ? poco después de la sorpresa de Cancha Rayada?, hallándose de avanzada con sesenta granaderos, distinguió una partida realista, que al descubrir a los argentinos se puso en precipitada fuga. Caxaraville, a pesar de ser inferior su fuerza, emprendió resueltamente la persecución de la pequeña columna enemiga. «Al poco andar, éstos se habían reunido con otros grupos, y resultó que Caxaraville, con sesenta granaderos, tenía por delante el afamado escuadrón del coronel Palma. Así, pues, apenas se aproximaron los realistas para cargar a los granaderos, éstos soltaron todo el empuje de los caballos, manteniendo su línea como una tabla. El enemigo perdió su aplomo, se dejó arrollar sable en mano, y pocos momentos después huían pavorosamente por todo aquel campo, dejando 22 cadáveres, y entre ellos dos oficiales y el sargento mayor del cuerpo...» En la batalla de Maipú se portó bizarramente; lo mismo en la sorpresa del Parral. Esta sorpresa es digna de ser narrada con alguna detención. (-Hallándose Caxaraville con un escuadrón de sus granaderos en observación del enemigo, tuvo noticias de que una fuerza respetable guarnecía la plaza, y concibió entonces el atrevido proyecto de sorprenderla. Presentóse inmediatamente al coronel Zapiola a darle cuenta del hecho y le ruega no depare a otro la gloria de la jornada. Satisfecha su demanda, pónese en marcha inmediatamente con su pequeña columna, que engrosa en su trayecto con campesinos y milicianos. Caminando de noche y ocultándose de día, llega a las inmediaciones de la plaza. Ordena a su segundo se apodere de la comandancia, mientras él personalmente se dirige al cuartel, toma de improviso al centinela, y penetrando al interior con los que le siguen, sorprende a los realistas, que se entregan indefensos y a discreción, quedando momentos después dueño absoluto de la plaza...» Caxaraville fué siempre un oficial ejemplar por su disciplina, su valor y su previsión. Combatió contra los araucanos, siendo herido. Por estas circunstancias pasó enfermo a Mendoza en 1820, y siendo teniente coronel combatió contra los montoneros. Vuelto a Buenos Aires, prestó servicio en la frontera de Chascomús, en 1823, y al mismo tiempo administraba un establecimiento rural, herencia de sus padres. Durante la tiranía emigró a Montevideo, donde desempeñó un puesto administrativo. Falleció en Buenos Aires, el 12 de diciembre de 1852. [5]
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