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- Lorenza de la Cámara Elizondo, la cual se desposó 1ro con el "Alcalde Provincial propietario, Theniente de Governador, Justicia Mayor y Capitán a guerra de esta ciudad" de Salta, "Joseph de Cabrera" - quien debe ser el mismo "Capitán José de Cabrera y Mendoza, nativo de Córdoba (vastago, sin duda, del ilustre linaje del Fundador de esa ciudad), que en 1694 residía en Salta donde otorgó, ante el Escribano Pedro Pérez del Hoyo (mi antepasado), carta de pago a favor del Capitán Juan Arechavala.
Joseph de Cabrera, por ante el notario Francisco López Zevallos, y los testigos Valentín de la Cámara, Luis de Aguirre y Juan Antonio Vaquero, vendió el 21-IX-1756 al "Capitán de la Guardia" Francisco Xavier de Ibarguren Castañares (su concuñado), "y a sus herederos y subsesores, la estancia nombrada el Bañado y los potreros y estancia nombrados Osma, San Simón y Zuri Potrero". Cabrera había adquirido "el Bañado" del Maestre de Campo Antonio Arias Velázquez, el 11-XII-1754, ante López Zevallos; y los otros referidos potreros fueron comprados por el vendedor a Domingo Díaz Zambrano, ante el mismo Notario, el 22-VII-1756. Todas estas tierra adquiríalas Ibarguren mediante el precio de 4.500 pesos de plata corriente el 3-X-1758, Joseph de Cabrera testó en Salta - octogenario quizás - ante el Escribano López Zevallos y "los testigos llamados y rogados Santiago Pucheta, Alguacil Mayor del Santo Oficio, Diego de Urrusti y Thomás Prieto". El causante declaró ser casado con Lorenza de la Cámara - sin hijos - y, tras nombrar a su esposa heredera de su fortuna, señaló diferentes legados para sus sobrinas "Teodora y María Cecilia, solteras, hijas de Antonio (?) y de Gabriela Arias"; y "María Rosa" - otra sobrina - "hija menor de mi prima María Cabral y de Domingo Abila, difuntos". Una cláusula del testamento expresaba; "Declaro que con mi hermano Don Francisco Xavier Ibarguren he tenido cuentas de resultas del Bañado, que le bendí con sus ganados que en ella tenía, que todo importó de siete a ocho mil pesos. Y por vale que está entre mis papeles, constará el finiquito y liquidación que tubimos de dichas cuentas".
Fallecido Cabrera, Lorenza de la Cámara pasó a segundas nupcias, en 1760, con el Sargento Mayor "de vatallones" Francisco Rodríguez de Sinde, "natural del Reyno de Galicia". Viuda otra vez al morir este segundo marido, la señora contrajo un tercer casamiento con el Maestre de Campo Miguel Ruiz Gallo (hijo de mis antepasados el Capitán Lucas Ruiz Gallo y Jerónima Martínez de Iriarte Diez Gómez - ver estos apellidos). Con ninguno de sus tres consortes doña Lorenza hubo sucesión. Ella testó en dos oportunidades; el 2-XI-1755, ante López Zevallos, en cuya escritura declaró que prohijaba a 4 huérfanos; Tomás, al cual se proponía darle estudios de clérigo, Antonia, Bentura y Juan; y finalmente consignó su última voluntad bajo sobre cerrado, el 29-XII-1784.
El historiador salteño Bernardo Frías la pinta en sus Tradiciones, a doña Lorenza, como a una neurótica orgullosa y dura, que "a sus esclavos por correctivo ya no le bastaba ni el grillete, ni el ayuno, ni los azotes, ni estirarlos al sol, sino que les hacía pasar por las nalgas desnudas una plancha caliente!". "Ella - copio a Frías - creía en los infiernos y creía salvarse de sus penas y tormentos. Sus víctimas creían en ellos también; y creían que allí era el lugar a donde habría de ir a parar el alma de doña Lorenza, si es que había Dios". Cuando la señora rindió el último suspiro, sus restos recibieron sepultura en la Iglesia Matriz de Salta, en un lugar reservado para los difuntos de rango. Cuenta Frías que en vez de amortajar su cadáver con hábito monjil, se lo vistió "con negra saya de seda, dejándole en el cuello, en los dedos y en las orejas, las alhajas que usaba de diario, y que eran de subido precio". Al día siguiente del entierro encontróse la tumba violentada y el cuerpo de la muerta "tirado sobre la tierra revuelta y despojado de cuanta prenda de valor le habían dejado los vivos". Esta profanación impresionó muchísimo, y entre la gente del pueblo corrió "el rumor de haberla visto a doña Lorenza, arder esa noche un poco más allá de la esquina del cerro de San Bernardo, sitio - señala Frías - en que la supertición de esos días colocaba a la Salamanca que vomitaba llamas, y donde el Diablo celebraba sus acuerdos de gabinete, y hacía su justicia bailando con las diablas que tenía a su disposición".
Leyendas aparte, lo cierto es que doña Lorenza falleció muy poco después de su disposición ológrafa de 1794. En tal documento de piadosísima redacción, la causante ordenaba establecer una Capellanía "sobre el valor de mis viviendas ... para que con sus réditos se diga perpetuamente la misa de doce en esta Iglesia Matriz todos los días de fiesta. Nombró albaceas a Gabriel Güemes Montero y a Antonio Gil Infante, y como primer capellán de aquella devota institución "a mi sobrino nieto Don Juan José Castellanos, hijo de mi sobrina Doña Manuela de la Cámara; por defecto de éste lo sucederá el más pobre o desvalido (aspirante a sacerdote) de esta Ciudad, que carezca de congrua para ordenes, sea o no pariente mío".
Más adelante, en otra cláusula testamentaria, la causante revocó la designación del preste Castellanos, y dispuso que en su lugar fuera Capellán otro sobrino suyo; Juan Antonio Peralta, hijo de José Porcel de Peralta de la Cámara y de Máxima Francisca de Córdoba. Ya finada la testadora, en septiembre de 1796, sus albaceas otorgaron la escritura de fundación de la referida Capellanía, el 13-III-1797, en el protocolo del Escribano Gil Infante.
Queda así documentada la piedad sincera de Lorenza de la Cámara, noble señora que fue, el 11-II-1773, madrina de bautismo de mi tatarabuela Manuela del Carmen Hoyos y Aguirre - futura consorte de José de Uriburu y Bazterrechea, y sobrina del tercer marido de doña Lorenza; el Maestre de Campo, Miguel Ruiz Gallo.
por Carlos F. Ibarguren [1]
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