Notas |
- No son muchos los documentos que se ocupan de Joseph. El 7-V-1674 figura su nombre como uno de los testigos "llamados y rogados" - junto con sus hermanos Miguel y Juan y el Bachiller Nicolás de Garnica - en el testamento que otorgó Carlos de Vera y Aragón, primer marido de Francisca Martínez de Iriarte Yanci y Murguía - prima hermana de los Ibarguren y antepasada mía, con su segundo consorte Francisco de Palacios. El 16-V-1686, el Capitán Joseph de Ibarguren presta fianza al Teniente de Gobernador Vicente Calvimonte; y el 30 de noviembre del mismo año le compra a su cuñado Diego de Carvajal y Vargas, unas "cassas" en la traza de la ciudad de Jujuy, que lindaban con la vivienda de su suegro Bartolomé Pérez de Espinosa. Cuando en 1687 su hermano Miguel enfermó gravemente en Oruro, Joseph lo fué a buscar y lo trajo a su casa de Jujuy, donde aquel expiró al poco tiempo. En el dilatado pleito que se suscitó entre la viuda de Miguel y los Ibarguren, resultó Joseph uno de los fiadores de los bienes del causante; y en el remate judicial del 5-V-1688, Joseph compró en 500 pesos la chacra "del Rio Blanco", en el valle de Palpalá, que su hermano heredara de sus suegros; y también la vivienda de aquel en la ciudad, al precio de 1.200 pesos. Empero el 14 de mayo, a los nueve días de adquirir dichos inmuebles, el alma de Joseph de Ibarguren subió a mejor morada, mientras sus restos mortales recibían cristiana sepultura en la Iglesia Mayor de Jujuy. (Libro 1º de Defunciones, folio 34).
Su viuda Ana Pérez de Espinosa, prolongaría seis años más su existencia terrena, hasta que el 8-IV-1692, las vísperas de morir, ella otorgó sus últimas disposiciones, ante el Escribano Francisco Guerrero y los testigos, "llamados y rogados", Capitán Vicente Calvimonte, Alférez Juan del Portal - que firmó la escritura por la otorgante -, Luis Correa, Alférez Francisco de Salas y el clérigo de órdenes menores Felipe Ponce de León. En ese documento, la causante nombró albaceas con encargo de extender "mi testamento en la forma que les he comunicada … al Sargento Mayor Bartolomé Pérez de Espinosa y a Da. Bernabela Brabo, mis señores padres, y al Alférez Juan Antonio de Zárate"; declarando por universales herederos a sus hijos: "Bernabela, Josepha, Ana y Bartolomé de Ibarguren, todos vivos". Poco después la causante pasaba a la otra vida; y el 3-III-1693, conforme a la expresada determinación final de ella, compareció su padre y albacea ante el Alcalde ordinario de Jujuy, Martín de Goyechea, a protocolizar el ordenado testamento.
Dijo entonces el Sargento Mayor Pérez Espinosa, que el cadáver de su hija había sido sepultado "en la Iglesia matriz de esta ciudad, en la capilla mayor, junto al cuerpo de su marido, amortajado con el hábito de San Francisco"; que el entierro fué "con cura, sacristán, cruz alta, doble de campanas, dos acompañantes con capas, novenario y honrras". Consignó que doña Ana, durante su matrimonio, tuvo y crió a varios hijos, "y de ellos solo quedan vivos: Bernabela, Josepha y Ana de Ibarguren, menores de catorce años". Declaró por bienes sucesorios los siguientes: Las "casas" que se adquirieron, por el precio de 1.200 pesos, "en la almoneda de Domingo Martínez Toscano y de Petronila de Palavecino" - que heredó Miguel de Ibarguren antes de morir -, a las que luego impusieron un Censo el Capitán Juan Bautista de Tobalina Ayala y su mujer Petronila de Ibarguren. Las "casas" que compró el cónyuge de Ana, en 1.300 pesos, al Maese de Campo Diego de Carvajal y Vargas, "que lindan con las mías". Dos esclavos: uno llamado Marcos, rematado en 600 pesos en la almoneda antedicha; y otro, Diego, que compró Joseph al Maese de Campo Diego Diez Gómez (antepasado mío), en 650 pesos. Una negra de nombre Dorotea, de 20 años, que comprara Joseph en Potosí en 475 pesos. Un lote de muebles y enseres domésticos - "seis lienzos de pinturas diferentes de cuerpo entero", "tres láminas de piedra de agua manga" (aguafuertes), y ropas, plata labrada, joyas y distintos adornos de menor valía.
|