Notas |
- Francisco Xavier de Ibarguren Castañares nació en Salta, y el 23-I-1721, en su Iglesia Matriz, el cura Franciso Castellanos le puso óleo y crisma siendo apadrinado el párvulo por Domingo de Isasmendi y su mujer Magdalena Diez Gómez. Veintiun años más tarde, el 27-I-1748, el jóven Ibarguren, ya "Alférez de la Guardia" se casó con Petrona de la Cámara Elizondo (ver el apellido De la Cámara). Tuvo Francisco Xavier muy sólida fortuna: fué propietario de la estancia "El Bañao", que compró en 4.500 pesos el 21-IX-1756 al general Joseph de Cabrera - cuñado suyo, marido de Lorenza de la Cámara - "con su molino de trigo" y "la casa que se compone de sala, despensa y Oratorio, con su corredor que cae afuera". "Tengo adornado el Oratorio con su retablo, los santos de bulto, ornamentos y todo lo demás que en él se encuentra, pues cuando lo compré nada tenía" - expresó al testar su dueño. Tal magnífico retablo del "Bañao" - cuya estancia después fué de los jesuitas y, luego de la expulsión de estos la adquirió el Coronel Antonio Figueroa, en pública subasta - es el mismo altar (mandado hacer en 1760 por Francisco Xavier de Ibarguren, como reza la cartela respectiva) ante el cual Belgrano oyó misa en vísperas de la batalla de Salta (librada en la "Hacienda de Castañares", precisamente); altar que hoy se exhibe, joya del arte colonial, en el Museo bonaerense de Luján.
El 22-V-1754, protocolizó el Escribano salteño Lopez Ceballos un contrato entre el clérigo del obispado Joseph Antonio de Castro y el susodicho Ibarguren, quien habia recibido en su estancia 4.838 "cabezas de bestias mulares", incluyendo 232 mansas, que le entregó para invernar el nombrado sacerdote, comprometiendose el recibidor a restituirselas a Castro "en una de las tabladas de esta cuidad" (Salta), una vez pastoreadas, y a responder con mulas suyas por los animales faltantes. Testó "el Capitán de la Guardia" Francisco Xavier de Ibarguren, el 8-III-1760, ante el Escribano Miguel Ruiz de Llanos: "hallándome como me hallo en pié, pero con continuos accidentes". Mandó fundar una capellanía de 25 misas al año por su alma, la de su esposa, padres y deudos: dispuso se enterrara su cadáver en la Iglesia Matriz de Salta, amoratajado con hábito franciscano; y murió dos meses después, el 27 de mayo, sin dejar hijos legítimos. Su viuda, Petrona de la Cámara, volviose a casar, una y otra vez, con Juan Hernández Henríquez y con Agustín de Zuviría. Al testar dicha señora, el 15-X-1777, ante el Escribano Gil Infante, les dejó sendos legados a los "huérfanos" - vale decir de padres no conocidos - Pedro Pablo y Luis Ibarguren. Estos "huérfanos" eran, sin duda, hijos naturales de su primer marido Francisco Xavier de Ibarguren.
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