Notas |
- En 1823 el Almirantazgo británico ordenó que dos buques partieran rumbo a las costas meridionales de América del Sur a fin de realizar estudios cartográficos. En mayo de 1826 el HMS Adventure y el HMS Beagle estuvieron listos. El Adventure fue puesto bajo el mando del comandante Phillip Parker King, que además era hidrógrafo y comandante en jefe de la expedición. El Beagle, por su parte, estaba al mando del comandante Pringle Stokes.
El 12 de agosto de 1828, días después de descerrajarse un tiro en su camarote, el comandante Stokes falleció. En consecuencia, Parker King nombró en su lugar al teniente William G. Skyring, segundo comandante del Beagle, pero en noviembre el contraalmirante Robert Otway, nombró como comandante en propiedad del navío al teniente Robert Fitz-Roy, que tenía entonces veintitrés años. Además, se designó un teniente, un navegante, y un médico. Las listas de oficiales del Beagle quedaron así:
Robert Fitz-Roy — Comandante e hidrógrafo
William George Skyring — Teniente y ayudante hidrógrafo
John Kempe — Teniente
Matthew Murray — Navegante
John Wilson — Médico
William Mogg — Comisario (Interino)
Jeremy Kirke — Oficial
Benjamin Bynoe — Ayudante médico
John Lorkes Stokes — Guardiamarina
Jonathan May — Carpintero
D. Braily — Voluntario 2a. Clase
John Megget — Escribiente
Además, llevaban un sargento, nueve Infantes de marina, y cerca de cuarenta marineros y niños.
Entre los aventureros iba el joven Megget, contable auxiliar, es decir, ayudante del contador de la expedición, William Mogg. Megget tenía la misma edad que el comandante, veintidós o veintitrés años, y es posible que el médico John Wilson fuera su pariente. Su madre, Henrietta Wilson, era hija de otro John Wilson, que había residido en Kingston upon Hull, Yorkshire. Si en 1828 el médico del Beagle era un hombre de mediana edad, podría haber sido tío de Megget, o primo de su madre. Sin embargo, no he podido hallar documentación que respalde esta presunción.
De lo que sí existe constancia es de los libros que Megget pidió en préstamo en la biblioteca del Royal Highschool of Edinburgh mientras estudió allí. Los títulos que consultó fueron: en octubre de 1825, Loo Choo, obra del capitán Basil Hall; el mes siguiente, Ferguson’s Roman History, de Adam Ferguson; en enero de 1826, en dos oportunidades distintas, Brydon's Tour, por Patrick Brydone; y en abril, Tuckey’s Voyage, obra de James Hingston Tuckey. A excepción del libro de Ferguson, el resto de los títulos tienen algo en común: son relatos de viajes. Y esto es natural, teniendo en cuenta que por aquellos años se aprestaba la expedición del Beagle, con la que Megget recorrería el mundo.
El levantamiento hidrográfico se ejecutó entre los años 1826 y 1830 por el trabajo conjunto del Adventure y el Beagle sobre las costas de Uruguay, Argentina y Chile, concretamente del estuario del Río de la Plata, la costa atlántica de la Patagonia, el estrecho de Magallanes, Tierra del Fuego y las islas hasta el cabo de Hornos, así como los canales fueguinos, patagónicos y chilotes de la costa del Pacífico en Chile, hasta la isla de Chiloé.
A órdenes de Fitz-Roy, el Beagle alcanzó las islas Diego Ramírez y el cabo de Hornos, descubriendo así el canal que lleva el nombre de la nave.
Iniciada la cuarta etapa de la expedición, el Beagle zarpó de San Carlos de Ancud el 19 de noviembre de 1829 a levantar las costas fueguinas para después reunirse con el Adventure en Río de Janeiro.
La noche del 24 arribó a la entrada del estrecho de Magallanes, avistando el cabo Pilar al día siguiente. Al mediodía del 25 fondeó en puerto Misericordia, donde permaneció hasta el 3 de diciembre, ocupado en inspeccionar el cabo y detenido por el mal tiempo.
El 3 reanudó su travesía, rodeando el cabo Pilar para comenzar el levantamiento de la costa oceánica del archipiélago de Tierra del Fuego. Ese mismo día, enfrentó un fuerte temporal del noroeste que lo arrastró hasta las cercanías del cabo Gloucester. Cuando mejoró el tiempo, regresó hacia la costa noroeste y, a una distancia de cuatro millas de tierra, realizó sondajes hasta alcanzar las rocas conocidas como los Apóstoles y los Jueces. Deseoso de fijar su posición, el 7 fondeó en bahía Dislocación, nombrada así porque esa mañana el teniente Murray sufrió una dislocación en el hombro al resbalar en la cubierta, accidente que lo dejó fuera de servicio por un tiempo. La tripulación permaneció en bahía Dislocación hasta el 11 de diciembre, trabajando en el levantamiento del puerto y las costas cercanas.
El 11 de diciembre, el Beagle continuó navegando a lo largo de la costa, pasando por diversas rompientes y alcanzando un fondeadero cercano a la isla Graves. Allí encontraron numerosos "wigwams", evidencia de la presencia de los fueguinos en esas remotas zonas. Aunque intentaron trabajar con las embarcaciones en los alrededores, el fuerte viento y el oleaje lo dificultaron. El 19 zarpó hacia la isla Recalada, fondeando en una bahía protegida al norte de la isla principal. Una gran humareda en la bahía señaló la presencia de los kawésqar. Allí se encontraron con una canoa que transportaba a dieciséis personas, entre hombres, mujeres y niños. Los indígenas no se interesaron por las baratijas ofrecidas, prefiriendo cuchillos y herramientas útiles. En ese lugar, bautizado como bahía Latitud, se realizaron observaciones precisas de la latitud, además de un plano de la isla y otras demarcaciones necesarias para el levantamiento cartográfico.
El 28 de diciembre, el Beagle viró y zarpó nuevamente. Rodeó el cabo Inman, navegó hacia el cabo Tate y, el 29, fondeó en una amplia bahía cercana a un islote. El 31 de diciembre, la tripulación trabajó en observaciones para determinar la latitud, longitud y la variación magnética del lugar, zarpando finalmente el 1° de enero de 1830.
El 2 de enero, navegaron a lo largo de las islas Fincham y reconocieron bahía Braker, a la que Fitz Roy calificó como un lugar muy peligroso para cualquier embarcación debido a la abundancia de rompientes, rocas e islotes. Continuaron hacia el cabo Gloucester, un promontorio prominente, donde avistaron a nativos encendiendo una gran fogata. Entre el 2 y el 3 de enero, buscaron un lugar adecuado para fondear entre las islas Ipswich, hasta que finalmente fondearon en la dársena Laura, dentro de bahía Euston.
El 4 de enero, el teniente Murray emprendió, a bordo de una ballenera, la inspección y levantamiento de planos de las aperturas situadas al norte de bahía Euston, completando esta tarea el 9 de enero. Paralelamente, John Stokes trabajó en la confección de un plano detallado de la bahía y la dársena donde estaban anclados. Durante esos días, la tripulación también recolectó agua y leña.
El 6 de enero, Fitz Roy lideró un grupo de doce hombres que, dejando el Beagle resguardado en la dársena Laura, emprendió una expedición para determinar con mayor precisión la posición del cabo Gloucester, ubicado en la isla Carlos. Sobre esta misión, Fitz Roy dejó registros detallados: "Desembarcamos en un valle en la esquina N. O. del puerto y comenzamos nuestra marcha, dos hombres llevando la tienda, y los otros nuestros instrumentos y provisiones: también llevábamos armas, por si encontrábamos indios. La dificultad del viaje, con semejante carga, nos obligó muy pronto a detenernos y descansar, pero mediante continuos cambios con las cargas más pesadas, y un gran esfuerzo por parte de los que las llevaban, recorrimos dos tercios de nuestro viaje en el transcurso del día, y por la noche montamos nuestra tienda, y desafiamos la lluvia que cayó incesantemente hasta las siete de la mañana: cuando todas las alturas estaban cubiertas de nieve, como si hubiera sido pleno invierno".
Al día siguiente, W. Wilson, Megget, Fitz-Roy y dos tripulantes ascendieron "una montaña que forma el cabo", hasta alcanzar la cumbre más alta: "Tuvimos una tarea muy dura, pero al fin llegamos al pináculo más alto, donde sólo había espacio para colocar el teodolito y arrodillarnos junto a él, a riesgo de que una ráfaga de viento nos inclinara a ambos lados. Una piedra movida de su sitio habría llegado al agua tan pronto por un lado como por el otro. No era un día muy claro, pero lo suficiente para permitirme obtener los ángulos y orientaciones deseados… Después de haberlo conseguido y de haber enterrado dos monumentos conmemorativos, uno en una caja de hojalata y el otro en una botella, nos llenamos los bolsillos con trozos de roca y regresamos; demasiado deprisa, pues lo empinado de la colina nos ayudó más de lo que deseábamos. Durante nuestra ausencia habían aparecido algunos fueguinos, que se mostraban tranquilos e inofensivos; pero parecían desconfiar mucho de nosotros y, antes de que saliera el sol a la mañana siguiente, se habían ido todos menos un hombre". William Mogg aclara que el memorial de estaño tenía forma de cilindro y contenía el nombre del barco, de los oficiales y de la tripulación.
El 11 de enero, Fitz Roy examinó la parte exterior del fondeadero y recopiló una serie de ángulos que le permitieron completar la triangulación necesaria para el levantamiento cartográfico de la zona. A las islas les dio el nombre de Ipswich.
En sus anotaciones, Fitz Roy destacó que este lugar podría ser de gran utilidad para cualquier buque que, al rodear el cabo de Hornos, sufriera un accidente o necesitara reabastecerse de leña o agua. Señaló que el fondeadero es fácil de localizar y no presenta mayores dificultades para maniobrar, incluso con los vientos predominantes del oeste.
En febrero de 1830, un grupo de indígenas kawésqar robó un bote del Beagle, el cual no pudo ser recuperado. En represalia, Fitz Roy tomó como rehenes a tres kawésqar y, posteriormente, en mayo, embarcó a un joven de la tribu yagán, intercambiándolo por un botón de nácar. Fitz Roy decidió llevar a los cuatro indígenas a Inglaterra con la intención de educarlos en el idioma inglés y otras materias de la civilización occidental, con el propósito de regresarlos en una futura expedición. A cada uno les asignó nombres y registró sus edades: York Minster, de 26 años; Boat Memory, de 20 años; Jemmy Button, un joven yagán de 14 años; y Fuegia Basket, una niña de 9 años. Los fueguinos mostraron un aprendizaje lento del inglés, pero entendieron claramente que regresarían a su tierra natal. Durante su tiempo a bordo, colaboraban activamente con la tripulación en diversas tareas, destacándose por su actitud dócil y su carácter alegre. Fuegia Basket pasó varios días viviendo en la casa de una familia inglesa, mientras que los hombres descendieron a tierra en varias ocasiones, donde su apariencia fue comparada con la de los indígenas locales. Durante este tiempo, revelaron a Fitz Roy un aspecto inquietante de sus costumbres: tenían la tradición de consumir a los enemigos capturados en combate. Según explicaron, las mujeres comían los brazos, mientras que los hombres se encargaban de las piernas; el tronco y la cabeza eran descartados, arrojándolos al mar.
El Adventure y el Beagle zarparon juntos de Río de Janeiro el 6 de agosto, dejando al Adelaide como buque de apoyo del buque insignia. Sin embargo, los oficiales y la tripulación fueron reembarcados en sus respectivas naves. Tras una extensa travesía, ambos barcos fondearon en el seno Plymouth el 14 de octubre de 1830.
En julio de 1831, el Beagle fue preparado para emprender una nueva y extensa expedición, ya que el Almirantazgo había decidido continuar los trabajos hidrográficos en Sudamérica. Entre las prioridades de la misión se encontraban determinar la longitud exacta de Río de Janeiro, establecer la posición del bajo Abrolhos, y llevar a cabo levantamientos cartográficos de la costa oriental de la Patagonia, entre el río de La Plata y el estrecho de Magallanes. Además, debía completar los trabajos en el canal Beagle, el seno Ballenero y algunas áreas pendientes del estrecho de Magallanes, antes de continuar hacia Concepción o Valparaíso.
El Beagle debía realizar vistas de recalada de las costas, especialmente de cerros con sus alturas correspondientes, y registrar mareas y datos meteorológicos de las zonas visitadas. También debía trazar rutas hacia los puertos de las islas Malvinas y Galápagos. Finalmente, la expedición debía dirigirse a Tahití y a Port Jackson, en Australia, ambos puntos de referencia para verificar la precisión de los cronómetros.
Además, la misión incluía una inspección geológica de un atolón de coral en el océano Pacífico, determinando sus límites y los flujos de marea. El retorno a Inglaterra sería efectuado cruzando el cabo de Buena Esperanza.
Preocupado por garantizar la recopilación de información científica durante el viaje, Fitz Roy propuso incorporar a bordo a una persona bien educada, un científico, con quien estaría dispuesto a compartir su alojamiento. Su sugerencia fue aceptada, y finalmente se designó a Sir Charles Darwin, un joven talentoso y apasionado por la geología y diversas ramas de la historia natural.
Darwin aceptó unirse a la expedición bajo dos condiciones: tendría la libertad de abandonar el Beagle y retirarse de la misión en cualquier momento, y contribuiría económicamente con una parte justa de los gastos correspondientes a la cámara del comandante.
La nave zarpó de Plymouth el 27 de diciembre de 1831 y, tras realizar varias escalas, fondeó en Río de Janeiro el 4 de abril de 1832. Durante el trayecto, el Beagle hizo paradas en Tenerife, Cabo Verde, las rocas San Pedro y San Pablo, Fernando de Noronha, Salvador de Bahía, los islotes Abrolhos y cabo Frío. Entre el 5 de abril y el 5 de julio, la expedición permaneció en el área comprendida entre Río de Janeiro y Salvador de Bahía, donde Fitz Roy y Darwin trabajaron en la verificación de la distancia meridiana entre ambos puntos y establecieron sus longitudes exactas.
El 22 de agosto de 1832, comenzaron los trabajos hidrográficos que abarcaban desde el río de la Plata hacia el sur, continuando con su misión de levantamiento cartográfico.
John Megget no figura entre los embarcados en esta nueva expedición, pero hay registros de él en el Río de la Plata a principios de la década de 1830; es posible que no haya regresado a Inglaterra en agosto de 1830. Joven y preparado, y habiendo encontrado una comunidad anglosajona próspera y bien asentada en la región, Megget optó por comenzar una nueva vida en Sudamérica.
La primera constancia de la presencia de Meggett se encuentra en el Geological diary que el mismo Darwin llevó durante la travesía. En noviembre de 1832 registraba algunos "hechos dispersos, comunicados a mí por diferentes personas":
"Las aguas del Paraná son muy negras, como se ve cuando se mezclan con las del Uruguay. — (Sr. Meggett)
Las aguas del Río Negro muy negras y claras, excelentes para beber. — Poseen cualidades medicinales que al principio provocan una ligera soltura: se atribuyen a la zarzaparrilla. (Sr. Hughes)
Las aguas del Uruguay en las que desembocan ambos, son de color pálido. En él hay arena. Viven tortugas y cocodrilos. Srs. Meggett y Hughes.
Subiendo por la Ribera Occidental del Uruguay: hasta llegar a Lat: 32°, el país es llano y el agua potable es turbia — en esta parte el suelo es arenoso, agua, claro — el país está cubierto (de ahí Arora del Palmas) de bosques de palmeras: es una especie con punta comestible y entre 20 y 30 pies de altura: el terreno está compuesto de una sucesión de cadenas onduladas de roca de granito, que corren en dirección norte y sur: — Sr. Meggett".
Estas anotaciones del gran naturalista inglés revelan que a fines de 1832, John Meggett ya estaba establecido en la región litoral: Entre Ríos y la costa del Uruguay. El otro personaje que menciona Darwin es Charles Hughes, antiguo compañero de escuela de Darwin, y que residía en Buenos Aires en aquella época.
Un año más tarde, en noviembre de 1833, Darwin vuelve a mencionarlo: "Límite de lechos modernas. Pude ver que los lechos modernos se extienden hasta aproximadamente los 33 ° de latitud. — Hasta dónde más, no lo sé. — En Salto, donde hay una cascada, deben estar las rocas primitvas. — Pero todo esto lo ha examinado el señor Bonpland. — Me han informado que un poco al Norte de Lat 32°, en Entre Ríos, cerca de la costa y junto al Uruguay, hay colinas bajas de granito, que corren en dirección N y S. — Aquí el suelo es arenoso y el agua de los arroyos es clara. — (Señor Megget)".
Efectivamente, a fines de la década de 1830 y principios de la del 40, Meggett adquirió tierras en Entre Ríos y la zona del Salto, en Uruguay.
Contrajo matrimonio con Victoria Figueredo el 12 de mayo de 1845, en Concordia, Entre Ríos, declarando la voluntad de casarse dentro de la religión católica, "abjurando públicamente los errores del Protestantismo, a que pertenecía, y abrazando el Catolicismo", según reza el acta.
El 17 de marzo de 1855 fue nombrado alcalde del distrito de Yuquerises, Entre Ríos.
Falleció en la ciudad de Concordia, el 23 de diciembre de 1892, a la edad de 85 años. [1]
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