| Notas |
- De joven, abrazó la carrera militar. En 1771 se incorporó al Ejército Real y el 25 de junio de 1788 fue nombrado teniente coronel del regimiento de milicias de Itapúa, reclamando sus sueldos atrasados dos años más tarde.
En 1794 atravesó el territorio del Chaco hasta la provincia de Salta retornando por el mismo camino. Años después sería el autor de la obra Exploración del Gran Chaco que llevó a cabo por mandato del señor Joaquín de Alós, teniente coronel de los Reales Ejércitos D. José Espínola y Peña, que fue publicada por primera vez por Blas Garay en Asunción en 1899.
El 19 de julio de 1795 fue ascendido a coronel graduado de milicias de Paraguay, y en 1797 ocupó la comandancia de Villa Real de la Concepción, en la frontera norte paraguaya lindante con Mato Grosso, un año después de la matanza de Mbayás que provocó el fin de la alianza con esta nación indígena. Será en este puesto que redacte un Reglamento Militar sumamente detallado.
Su actuación en ese puesto generó numerosas protestas entre los pobladores, que llegaron al marqués de Avilés, quien en oficio del 18 de agosto de 1799 inicia una investigación "porque son repetidas las quejas que se me han dado del despótico gobierno del mismo Espínola acerca de los servicios de su particular interés en que emplea a los naturales, usurpación de sus terrenos, y otras vejaciones, y violencias que les infiere".
En abril de 1801 se desempeñaba como comandante del Regimiento de Costa Abajo y el 18 de abril de 1803 fue nombrado coronel interino del regimiento N°1 de Voluntarios de Caballería del Paraguay y se desempeñó como lugarteniente del gobernador Lázaro de Ribera hasta su remoción por Cédula Real del 12 de septiembre de 1805 tras varios años de querellas por diversos asuntos de gobierno. El nuevo gobernador Bernardo de Velazco lo reemplazó a Espínola por Carlos Genovés en la comandancia de Concepción por "los tristes lamentos de los pobladores de Villa Real hasta entonces oprimidos por el despótico manejo del expresado coronel".
Al producirse la priemra de las Invasiones Inglesas, Espínola marchó a Buenos Aires al frente de parte de las tropas paraguayas destinadas al auxilio de la capital y consiguió que el virrey lo repusiera en su comando el 15 de diciembre de 1806.
Producida la Revolución de Mayo, adhirió a la Junta patriota que en razón de sus antecedentes y jerarquía lo comisionó para obtener la adhesión de Paraguay y para que en el camino a Asunción llevara los documentos oficiales destinados a las ciudades de Santa Fe y Corrientes.
Al llegar a la Villa del Pilar, convocó al Cabildo y a sus principales autoridades, presionándolos para reconocer y jurar a la Junta de Buenos Aires, tras lo que pasó a Asunción, poniendo en manos del gobernador Velasco los documentos del gobierno. El gobernador se enteró confidencialmente de que Espínola tenía instrucciones secretas de deponerlo y suplantarlo, por lo que sin seguir tratativa alguna le ordenó que abandonara la ciudad y se retirara río arriba a Villa Real, considerándose retenido hasta que se resolviera el acatamiento al movimiento revolucionario.
Espínola desobedeció la orden y se embarcó frente a Villa Franca río abajo, siendo despachados el 10 de julio en su persecución doce hombres al mando del teniente Rafael Zavala Rodríguez Peña, reemplazado luego por el sargento de artilleros Pedro Fernández. La partida, con el auxilio del comandante de armas de Ñeembecú, intentó capturar el barco de Espínola, pero éste mató a un cabo de artillería e hirió a dos soldados más, consiguiendo finalmente huir y regresar a Buenos Aires, anunciando que regresaría con una expedición.
En Buenos Aires mintió sobre la magnitud de apoyo a favor de los porteños en el Paraguay, logrando que el Cabildo enviara unas tropas al norte al mando de Manuel Belgrano, acelerando el proceso independentista del vecino país. En la expedición su hijo Ramón fue tomado prisionero en la batalla de Paraguary y se le cortó la cabeza, que puesta en una pica fue paseada por los caminos. Murió dos meses despuués en Buenos Aires. El historiador John Hoyt Williams considera que Espínola era "quizás el paraguayo más odiado de su época". [3]
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- 1810
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