Notas |
- En su estudio "Pere Guarda i Martí, estirp d'una nissaga de notaris de la Seu d'Urgell (1720-1776)", Cristina Forns de Rivera dice:
"El 10 de septiembre de 1714, en la villa de Sanaüja, en la Segarra, obispado de Urgell, Jaume Guarda y Margarida Martí contrajeron matrimonio. La fecha es significativa. Era el día antes de que finalizara el asedio a Barcelona por parte de las tropas filipistas y que, con este hecho, acabara prácticamente la Guerra de Sucesión, un conflicto bélico que había afectado tanto a la villa de Sanaüja como a las otras del Principado. En su hospital, murieron muchos soldados en 1711. La propia familia Guarda no resultó indemne. Nos consta la muerte a manos de los 'miquelets' de Joan Guarda, campesino de la villa. En el asiento de su entierro, el cura de Sanaüja hace constar que el 30 de mayo de 1712 hizo el cuerpo presente del difunto Juan Guarda, agricultor de Sanaüja, que murió de manera violenta y al que los 'miquelets' no dejaron recibir ningún sacramento.
El día de la boda de Jaume con Margarida coincide, pues, con el momento en que los soldados volvían a la ciudad; sólo llegar, algunos de ellos se casaron. En esta fecha, tenemos noticia de los matrimonios de un soldado, de un alférez y del propio Jaime Guarda, que consta en el asentamiento de los esponsales como soldado de guía. También se indica que el matrimonio 'esperaba hacer y vuy se ha hecho', es decir, no se debía poder celebrar hasta que el novio volviera de la guerra; además, constan las filiaciones de los contrayentes. Jaime Guarda era hijo de los difuntos Joan Guarda, sastre, y Clemència, ambos de Sanaüja. La novia era hija de Esteve Martí, guarnicionero de la ciudad de Igualada, y de Jerònima, ya difunta al momento del matrimonio de Margarida.
El final de la guerra y el inicio de su vida matrimonial supuso el retorno de Jaume Guarda a la vida civil. Dejaba atrás su ocupación obligada como soldado para emprender nuevas actividades profesionales. Los asentamientos de los bautismos de sus hijos nos informan de su variedad. Aunque en algunos conste como 'campesino' pero en este caso, esta palabra tiene la acepción de propietario o hacendado, y como tal debía recibir las rentas de sus propiedades de Sanaüja, en la mayoría de asentamientos figuran empleos relacionadas con la que fue su actividad principal, el comercio. Tal como era característico en esta ocupación, los negocios debían de ser su principal fuente de ingresos y motivaron continuos desplazamientos entre Sanaüja y la Seu D'Urgell, no sólo de él, sino de toda la familia. Por este motivo, parte de sus hijos nacieron en la población de origen y otros a la Seu. En Sanaüja nacieron los primeros hijos: el primogénito, Joan; María Josefa, en 1717, y Joseph María, en 1718. Los dos hijos siguientes nacieron en la Seu: Pere, el futuro notario, el año 1720, y Nicolau, el 1722, Esteve nació en 1724, en Sanaüja. De nuevo en la Seu, nacieron en 1726 Francesc, en cuya partida de bautismo consta que los padres eran vecinos; María Antonia, en 1729: Ignacio, en 1731; Josep, en 1731: Antonia, 1733, y Raimonda, el 1734. Una vez más en Sanaüja, nacieron los últimos hijos: Josep, 1736; Francesc, en 1737, y finalmente Josep, en 1741.
En la Seu, los negocios de Jaume Guarda giraban principalmente en torno al arrendamiento de los derechos del obispo, o de los servicios de la ciudad que arrendaban por tiempo determinados mediante la taba para el bien público. Algunos de estos servicios estaban ligados al aprovisionamiento de las tropas acuarteladas permanentemente en la Seu (no debemos olvidar que la ciudad era una importante plaza fuerte). En el año 1733, Jaume Guarda era el 'municioner' o encargado del aprovisionamiento de las tropas. Al año siguiente, según el asentamiento del bautismo de su hija Raimonda, era 'panadero', es decir, había arrendado a los concejales de la ciudad la explotación del horno municipal, actividad también ligada a dicho aprovisionamiento. El 9 de enero de 1735, reconoció que debía 240 libras de Barcelona a los concejales de la Seu en concepto del precio del arrendamiento de los derechos de la panadería por un año.
En 1740, recibió en merced el arrendamiento para recoger los frutos del censo y el diezmo que el obispo de Urgell percibía en los valles de Arques y de la Ribera Salada, para los años 1741, 1742 y 1743, a precio de 660 libras que Jaume Guarda debía pagar en tres plazos, a razón de 220 libras al año.
Posiblemente los negocios de Jaume Guarda se debían propiciar por el hecho que Sanaüja fuera jurisdicción de la mitra urgellesa. La relación de los obispos de Urgell con las poblaciones situadas en los límites del obispado fue muy activa. Huelga decir que ejercían sus derechos de señorío, sino que, como señores, tenían diferentes residencias, donde iban a menudo y donde podían guarecerse en caso necesario. En Sanaüja, tenían una residencia y durante un cierto período habían tenido una imprenta.
Entre otras poblaciones limítrofes, podemos citar Tárrega, Guissona y Ossó de Sió, muy parecidas a Sanaüja ya que, como esta, contaban con una colegiata, un convento de agustinos calzados y el palacio gótico donde residían los obispos. Podemos comprobar, además, que, curiosamente, en las poblaciones citadas, se originaron estirpes notariales: en el caso de Tàrrega, los Terés; en Guissona, los Costafreda; y en Sanaüja, los Guarda. No podemos asegurar, sin embargo, que la presencia del obispo como señor influyera en este hecho, que puede ser absolutamente casual, aunque podría ser interesante profundizar en este aspecto.
La profesión de comerciante y el hecho de ser hacendado representaba un cierto estatus social, como podemos deducir del hecho de que uno de los padrinos de los hijos fuera el boticario de Sanaüja. Asimismo, este estatus y las estancias en la Seu permitieran que sus hijos estudiaran. Además de Pere, que llegó a ser notario, otros hijos que actuaron de padrinos los hermanos eran estudiantes de gramática. Dos de ellos, Esteve y Joan, fueron sacerdotes".
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